Si vas a recorrer Baja California Sur (México), la parada en el pueblo de Todos Santos es tan obligada como necesaria. Incluso te diría que plantes tu campamento en él durante tres o cuatro días para conocer los alrededores con la tranquilidad que se merece. Como a veces pasa, estas cosas las descubres cuando ya no tiene remedio. Teníamos programada sólo una noche en Todos Santos de camino a La Paz -la capital- y ya no podíamos cambiar los planes. Tras pasar unos días en Cabo San Lucas, el contraste es evidente y las ganas de querer quedarte más tiempo en Todos Santos son más que notables.
Ya te contaré otro día los detalles sobre el oasis y todo lo que puedes hacer en el pueblo de Todos Santos. Vale la pena explorar a fondo la zona. ¿Has pensado alguna vez en perderte en un pueblo remoto para disfrutar de la tranquilidad, hacer excursiones y escribir un libro o aprender a pintar? Todos Santos y The Hotelito es el sitio para hacerlo.
Habíamos visto las fotos de la página web del The Hotelito y me dio la impresión de ser un lugar normalito sin carácter propio más allá de un hotel de carretera con más bien poca gracia. Y es que tal y como nos confirmó su propietaria, están trabajando para que la página logre recoger no solo el carácter y estilo del establecimiento, sino además también el trato humano que allí se ofrece.
A pesar de nuestra idea inicial, la sorpresa fue mayúscula. The Hotelito es mucho más de lo que parece a simple vista.
The Hotelito es un hotel de los que llamamos con encanto, por decirlo de alguna forma, donde tan importante son sus habitaciones como la cercanía y familiaridad del servicio. Sólo tiene 4 habitaciones -diferenciadas por el color de sus paredes y decoración- y se caracterizan por su luz y colores intensos. Bueno, todo el hotel se caracteriza por sus colores. Como ves en las fotos, los colores intensos dan vida y luz. Este colorido es característico de la decoración mexicana e impregna de vida a las cosas en contraposición con los polvorientos y monótonos tonos del desierto.
Nuestra habitación -la verde- nos gustó enseguida; y no por su lujo. Las habitaciones son sencillas y limpias de formas. Recogen la esencia de lo que representa The Hotelito y Todos Santos: un oasis de elegancia y estilo.
Paredes lisas techos altos y mucha luz para dar una sensación de frescor y tranquilidad enorme. Piensa que allí el calor aprieta, y mucho. Por supuesto, si eres de los calurosos, tienes aire acondicionado.
La disposición de las habitaciones permite que todo el frontal sea una enorme cristalera pero manteniendo la privacidad con las otras habitaciones. Delante de la habitación y en su lateral, se distribuyen dos espacios para el relax, leer o tomarte tu Margarita de bienvenida e impregnarte de la esencia de Todos Santos. En ese momento, ya sabes que las horas que pases allí, por pocas que sean, vas a recordarlas durante mucho tiempo.
The Hotelito no tiene servicio de comida ni cena. Se echa de menos una buena cena en aquel entorno, al fresco de un cielo estrellado y unos buenos margaritas. Lo que si tienes incluido es el desayuno. Huevos revueltos con picadillo de tomate pimientos y más cosas que no supimos distinguir. Puré de frijoles, fruta, zumo, café…y la sonrisa de Estefanía y Vicky, quienes atienden el servicio.
A media mañana, cuando el sol empieza a calentar, no te pierdas el espectáculo que es ver a la familia de iguanas que viven debajo del tejado de la cocina.
Si quieres disfrutar de la piscina, no esperes mucho, porque el sol del mediodía aprieta demasiado. A las 1o de la mañana, es un buen momento para darte el primer baño del día. Y por supuesto, después de un día de excursión, el baño en la piscina de agua salada es un regalo para los sentidos. Aun de noche, el agua se mantiene caliente y hacerte unos largos bajo las estrellas tiene su atractivo.
¿Cómo llegar?
The Hotelito no está en el centro del pueblo. Está un poco apartado, aunque puedes llegar en unos minutos. Cuando llegues a Todos Santos, céntrate en la calle principal -Calle Benito Juárez, donde está el conocido Hotel California– y decide qué camino quieres tomar.
Si sigues hasta el fondo de la calle Juárez -hasta la calle Topete- verás un indicador en un poste junto a una casa de ladrillo visto, para doblar a la izquierda y seguir calle arriba. A unos 4 minutos de caminar, verás una pared de piedra con un portón azul y otro cartel un tanto escondido y pequeño. Es el desvío del camino de tierra que te llevará hasta el hotel.
Si te gusta más la aventura y no quieres dar tanta vuelta, puedes buscar la escuela en la calle Juárez -la distinguirás por su colorido- o la oficina de EcoBajaTours (muy cerca de la escuela). Desde casi en frente de la escuela, sale un camino que pasa junto a una chimenea de una antigua fábrica de ladrillos. Siguiendo siempre el camino de la derecha, cruzarás una gran zona de palmeras y llegarás justo en frente del Hotelito. En el mapa de la imagen, la flecha roja indica la situación aproximada desde donde sale el camino y dónde termina.
Por la noche te recomiendo el camino más largo, porque además de estar iluminado, no tienes la posibilidad de tener un susto con algún bicho. Si por algún camino te cruzas con la patrulla de policía y llevas alguna bolsa, es posible que te la hagan abrir. No te espantes, es el procedimiento habitual de control.
Estar lejos del centro del pueblo puede parecer una desventaja, pero cuando estés allí verás que no. Al estar alejado del pueblo, es mucho más tranquilo y está muy cerca de las playas, desde donde ir a pasear o ver la puesta de sol es otro regalo que te llevas sin esperarlo.
Por la noche, si te visita en la habitación alguna araña del vecindario no te preocupes, que son inofensivas. Como la que se coló en nuestro baño por la noche. La pobre fue bautizada como Carmensita. A la mañana siguiente, tras la ducha y pensar que Carmensita se había ido a otra parte, me pegó un susto del quince al verla saltar frente a mi cara. Se había cobijado en mi toalla de ducha. Tras el susto, Estefanía la sacó con un trapo sin hacerla daño. Más maja… Estefanía, digo…
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