Aunque el vuelo desde Caracas a Gran Roque (la isla principal de Los Roques) apenas dura unos 35 minutos, el cansancio y la tensión para conseguir embarcar en el avión, me complicaba la tarea de mantener los ojos abiertos. Bueno, el saber que apenas una semana antes se había caído un avión al mar de esa misma aerolínea y ruta, me ayudó a no dormirme. Son de esas cosas, que en Venezuela, el gobierno y las mismas empresas se empeñan en ocultar y no salen casi nunca en la prensa. De hecho yo lo supe, porque un amigo de alguien que trabajaba en una posada de la isla se lo contó… Aun así, no me quería perder nada del vuelo.
Por fin aterrizamos en Gran Roque. La primera sensación que tuve era la de, uf…, por fin estoy aquí. ¡Lo he conseguido!
Nada más llegar, lo primero que tienes que hacer, antes de entregarte tu equipaje, es pagar la cuota de entrada al parque nacional en la oficina de Inparques. Bueno, una mesa y una silla en una pequeña caseta, pero suficiente para llevar a cabo su función.
Creo que pagas unos 40 BSF, que tampoco es tanto. Enseguida me acordé, que con todo el follón del avión, se me había olvidado llamar a la posada, para confirmar mi habitación en la posada Ranchito Power y contarle a Anita (un encanto, ya te contaré) que iba a llegar tarde.
Rápidamente me fuí hasta allí y tuve la suerte de encontrarla apunto de salir hacia una de las excursiones que ella misma organiza. No me quedé sin habitación por los pelos, porque había estado apunto de venderla. Me ofreció acompañarles, pero sinceramente estaba agotado y preferí quedarme. Bueno, son esas cosas que salen como salen y hay que fluir con ellas. Si hay algo en Gran Roque (la única isla donde encontrarás posadas) son precisamente eso, posadas. Más de 50 creo, y algo habría encontrado. De todas formas, te recomiendo que tengas tu habitación reservada para evitarte sorpresas en según qué fechas.
El concepto de posada, en los Roques, difiere del resto del país. Ahí, las posadas están todas gestionadas por europeos que se afincaron en Venezuela después de la segunda Guerra Mundial. Eso hace, que el tipo de servicio (y también los precios) tenga una calidad mucho más alta. Alemanes, ingleses, franceses… todos los propietarios (quizá salvo alguna excepción) son europeos. De hecho hay tantas posadas, por la decisión del gobierno de convertirlo en parque nacional y prohibir la existencia de viviendas que no sean de nativos de la isla. Esto propició que tuvieran que reconvertir sus viviendas en posadas e iniciar todo un proceso de adaptación para dedicarse a la explotación turística de los Roques. Quizá por ese motivo, el entorno se está conservando en buenas condiciones y el grado de degradación no tiene nada que ver con otras zonas del país. El entorno y su conservación son valores muy presentes.
Así pues, básicamente en Gran Roque, son extranjeros los que gestionan el turismo (que igual llevan allí más de 40 años), y los lugareños los que trabajan en la infraestructura y servicios. Siendo realista (visto lo que hay por el resto del país), sin querer ofender a nadie, pero si no fuera así, Los Roques no sería lo que son hoy en día. Son formas diferentes de entender el turismo. También cabe destacar, que la colaboración y simbiosis entre lugareños y venezolanos de origen europeo, es muy buena. Te cuento todas estas cosas, para que se entienda mejor el ambiente y el concepto sobre el que se basa la vida en Los Roques.
Dicho, esto, y preparado para disfrutar de 4 días de relax (todavía no sabía hasta qué punto iba a disfrutar de aquellos días) dejé mi mochila en la habitación y fuí a comer algo al Restaurante Aquarena, una posada junto a la plaza del pueblo y la playa, que además de posada funciona como restaurante y tienda de artesanía. No es demasiado económico, pero vale la pena. Estaba hambriento y necesitaba reponer fuerzas cuanto antes. Para que te hagas una idea, si en el resto de Venezuela comer en un restaurante de playa te puede salir por 60 BSF (unos 7 u 8 €), aquí el precio de todo se duplica o triplica muy fácilmente.
Me pedí un zumo de mango y un plato de pescado. Comer en la misma playa, entre palmeras, con un mar turquesa en frente mientras los albatros pescaban entre las barcas, me pareció idílico… Hasta que cientos de moscas se percataron de mi presencia (y de mi comida) y me invadieron literalmente. Las moscas y mosquitos no es por el restaurante, sinó un problema de toda la isla debido a sus lagunas interiores. Había muchas, muchas moscas. Aparte de este pequeño contratiempo que solucioné con mucha habilidad para evitar que las moscas se bebieran mi zumo, me pareció una comida espectacular.
7 comentarios
Menudo paraiso! Despues de las dificultades para llegar ver esas playas, todo tan cuidado,las palmeras,el sol…idílico como dices.Seguiremos atentos a lo que nos vayas contando de tu estancia en el ranchito power.
La verdad es que sí llegar fue un trauma pero loconseguí y valió mucho la pena. Me habría quedado un mes entero!
Saludos
Wow! increible destino… tan increible como que el avion haya aterrizado en ese aeropuerto… menuda locación… gracias por compartir!
Hola Anibal, a mí siempre me parecen pequeños los aeropuertos desde el aire, pero ese es muy pequeño. De hecho la vioneta acabó por frenar al final de todo de la pista y más de una se ha salido por elotro lado. Si te fijas, en la foto, la pista está ampliada para que puedan salir por detrás en caso de nedesidad… directos al agua jejeje
Nos vemos!
[…] 3 días de paraíso Publicado por: JD (@aitor_vca) Tweet Después de tomar tierra en Gran Roque y aposentarme, ya podía disfrutar de un entorno envidiable. La dinámica en Gran Roque es muy […]
[…] Por fin, ¡Los Roques! […]
Hola! muy buena descripción. Para hospedajes en Los Roques, buscar veneargentina turismo en Facebook. Representante de Los Roques en Buenos Aires. Saludos!