Sara y JAAC a la vuelta de su viaje por Sudamérica.

Sara y JAAC a la vuelta de su viaje por Sudamérica.

Sara y JAAC (como le conocemos aunque en realidad se llama Jose Antonio Anosequé Cnosécuantos) decidieron tomarse un año sabático para viajar por Sudamérica. Como yo en estos momentos, tomaron una decisión y se lanzaron a dejarlo todo para irse a hacer lo que más deseaban: Viajar.

En esta entrevista, he querido reflejar el aspecto más personal de lo que supone dejarlo todo e irse. Las reacciones, el aprendizaje personal y la vuelta a empezar de cero.

Sin duda, leerles durante un año en twitter y su blog me ha ayudado a entender muchas cosas sobre un viaje de larga duración. Estas son sus reflexiones…

 

Presentaros anda…

Somos Sara, 33 años, italiana, y JAAC, 38 años, madrileño, pareja en la vida y pareja de viaje. Vicios muchos y virtudes pocas pero encontramos el valor para dejarlo todo e irnos a recorrer Sudamérica y la Antártida sin billete de vuelta. Creemos… en los viajes.

 

Pero irse así sin más… ¡qué irresponsabilidad!

Yo (Sara) soy licenciada en Comercio Internacional y Marketing y era Brand Manager en una empresa de alimentación italiana.

Yo (JAAC) soy ingeniero informático superior y era consultor de calidad, principalmente para bancos.

Estamos casados, no tenemos hijos ni coche y la hipoteca la acabamos de pagar antes de salir así que… nos fuimos sin deudas.

 

Tal y como está el país, dejar un trabajo es una temeridad. ¿Os buscásteis un plan B para la vuelta?

Lo dejamos todo. Nuestros trabajos no nos permitían cogernos excedencia y tampoco pensábamos que después de esta experiencia quisiéramos volver al mismo sitio…

Nunca habíamos hecho nada parecido y nuestros padres no lo entendieron, sobre todo los de Sara. Dejar dos buenos trabajos en tiempo de crisis para irse “por ahí de viaje” no está muy bien visto…

 

Cuando cuentas que vas a hacer algo así, se crean expectativas. ¿Cuáles eran las vuestras? ¿Cómo se llevan las expectativas de los demás?

En nuestro caso no creamos grandes expectativas porque no nos habíamos fijado ningún objetivo específico. Teníamos la idea de viajar durante un año pero no estábamos seguros de si lo conseguiríamos. De hecho, el seguro lo contratamos sólo para seis meses por si acaso… Evidentemente lo tuvimos que ampliar después.

 

El viaje está muy bien… pero la vuelta tiene que ser dura. Después de estar todo un año de viaje, volver no tiene que ser fácil. ¿Cuál era vuestro principal miedo durante o después del viaje?

En mi caso (Sara) mi mayor miedo era qué hacer al volver. Empezar de cero y, de hecho, ahora lo estoy pasando mal.

En mi caso (JAAC), el miedo más grande era cansarme durante el viaje y pensar que no podría aguantar tanto tiempo viajando, el día antes de irnos fue el más duro para mí. Todo se pasó en cuanto empezamos a viajar…

 

¿Creeis que vivimos «atrapados» en un sistema que nos acaba haciendo infelices? ¿Era vuestro caso?

Creemos que cada uno se crea su propia infelicidad. A veces las condiciones externas, como el “sistema”, son una excusa. La felicidad depende de uno mismo. Nosotros no estábamos felices porque queríamos irnos de viaje y le echábamos la culpa al trabajo, pero se trataba de nosotros…

 

Si la causa era vosotros… por qué marchar. ¿Escapábais de eso? ¿Lo habéis logrado?

No creemos que estuviéramos escapando de nada… Buscábamos poder viajar con calma y disfrutar a fondo de un viaje, porque nos encanta viajar y los viajes de dos semanas ya nos sabían a poco. En ese sentido, sí: ¡objetivo cumplido!

 

Saltando con los compañeros de ruta en Roraima (Venezuela)

Saltando con los compañeros de ruta en Roraima (Venezuela)

Durante el viaje, ¿en qué momento se pasa de estar en unas vacaciones más largas de lo habitual a «vivir» viajando? ¿Se convierte en rutina? ¿Habéis sentido que en definitiva repetís las mismas rutinas que cuando estábais en vuestros trabajos?

A las dos o tres semanas, más o menos, dejas de correr y te das cuenta de que ya no estás de viaje, bueno, que no estás en lo que conocías como viaje.

En nuestro caso no se convirtió nunca en rutina, porque hacíamos cosas tan diferentes cada día que no llegamos nunca a ese punto… La “rutina” la dieron el blog y las redes sociales. Queríamos contarlo pero nos dábamos cuenta de que nos robaba muchas horas de viaje y que se había convertido en otro trabajo.

Aparte de teneros el uno al otro… ¿Llegásteis a sentiros solos? ¿Algún momento en el que deseásteis volver? ¿Qué echábais de menos? ¿Cómo se resuelve?

Yo (Sara) me sentí sola en Navidades. Era la segunda vez que no me iba a Italia a ver a mi familia y no me gustó nada. Además estábamos en un pequeño pueblo, no pudimos cambiar dinero y estaba todo cerrado, así que ni siquiera tuvimos cena de Noche Buena.

Yo (JAAC) no he tenido esa sensación. O mejor dicho, si la he llegado a tener, nunca me molestó, al contrario, de vez cuando se agradece. Estar los dos sin nadie ni nada más.

Hubo momentos en los que no lo pasamos bien pero creemos que nunca deseamos volver. Lo “bueno” es que no somos ni muy sociales ni muy familiares, así que realmente no había mucho que echar de menos de nuestra vida en Madrid.

 

¿Algún lugar, situación o personas que te hicieron sentir que querías salir corriendo de allí?

Nos robaron la cámara, nos “casi-robaron” el móvil y tuvimos que pagar un rescate por él, fuimos a comprar un billete de autobús a las tres de la madrugada en Venezuela y no lo conseguimos, a mí (Sara) se me infectó una muela el segundo día de un trekking de seis días y me había dejado los antibióticos, en la Carretera Austral chilena nos tuvimos que montar en la parte trasera de un camión del gas, donde van las bombonas, con frío y llenándonos de tierra… En todos esos momentos quisimos echar a correr.

 

¿En qué momento (sin que tu pareja lo supiera) hubieras deseado estar haciendo el viaje solo?

Nos gusta viajar en pareja, creemos que parte fundamental de la experiencia era hacerlo juntos así que nunca deseamos viajar solos. Aunque estar juntos 24 horas al día durante un año y una semana no siempre es fácil.

 

Aparte de la evidente emoción del viaje, qué me contáis de las frustraciones? ¿Cómo te sientes cuando te roban? ¿Aparecen sentimientos o pensamientos racistas? 

En este viaje no había problema de idiomas (en Brasil acabamos entendiendo prácticamente todo) así que esa frustración nos la ahorramos. Hubo muchas otras dadas por los “choques” culturales, otra forma de “medir” el tiempo, sus prejuicios hacia España o Europa –que no sólo en Occidente los tenemos–, el recurrente tema del colonialismo, los robos de los que hablábamos antes, los peligros en las grandes ciudades, las esperas haciendo auto-stop… A lo mejor en algún momento llegas a pensar que es el país, pero los pensamientos racistas pasan pronto y entiendes que es cosa de cada uno, de su educación y de los medios de comunicación, lo mismo que nos pasa a nosotros.

 

¿Qué te enseñan estas situaciones?

Estar en casa es más cómodo pero no necesariamente se está mejor y salir al mundo te enseña a conocer cómo es la gente de verdad y a quitarte prejuicios.

 

¿Cómo se vuelve de un viaje así? ¿Ganas de trabajar?

En mi caso (Sara), está siendo muy duro. Los miedos de volver a empezar de cero y de no saber por dónde hacerlo son enormes. Más que ganas de trabajar tengo ganas de entender en qué hacerlo y quién puede valorar mi experiencia positivamente.

Para mí (JAAC) la vuelta es rara… se ha acabado el viaje porque duermo todas las noches en la misma cama y todos los días veo la misma ciudad, pero sigo de viaje porque no estoy haciendo lo que hacía antes en Madrid. Todavía sigo con la sensación de que, en cualquier momento, volveremos a coger un autobús y seguiremos ruta. Eso deja claro que, ganas, lo que se dice ganas, de volver a la rutina no tengo. Que no es lo mismo que no tener ganar de trabajar, lo que no quiero es volver a hacer lo mismo día tras días.

¿Ganas de marcharse y no volver nunca?

Siempre está ahí la idea de volver a marcharse, pero de no volver nunca, no.

 

¿Os tienta la idea de no contar nada a nadie porque la experiencia ha sido demasiado personal?  ¿Hay cosas que no se explican de vuestro viaje?

Hay muchas experiencias que no hemos contado (372 días dan para que pasen muchas cosas) y son sólo nuestras. Por ahora, no estamos cansados de contar las “de siempre”, que siguen llamando la atención a la gente porque ¿cuántos habéis dormido en una casa cuartel en Brasil?

El viaje es sólo nuestro y de nadie más, hay muchas cosas que no se cuentan y no se explican. Los lugares son de todos, pero algunas de las sensaciones y de lo vivido en ellos es nuestro o incluso de cada uno.

Celebrando 365 días de viaje.

Celebrando 365 días de viaje.

¿Este viaje os ha cambiado en algo? ¿Qué habéis aprendido? ¿Habéis aprendido algo? ¿Qué esperábais aprender (del viaje) y no ha sido así?

Viajar, en general, te abre muchísimo la mente. Entiendes que no hay tantos peligros y que el autoestop y el couchsurfing son unas formas espectaculares de conocer la gente del sitio y quitarte prejuicios.

Hemos aprendido a ser más flexibles, a tomarnos el tiempo de otra forma y a gestionar mejor el riesgo y el estrés. Y, algo que nos habían dicho, pero que hemos confirmado a la vuelta, es que la vida de los que se quedaron ha seguido adelante sin ti y que siguen hablando de las mismas cosas. Te das cuenta de cómo eras antes de salir y de que, realmente, has cambiado más de lo que creías.

 

Volveréis a hacerlo, ¿verdad?

Seguramente…

 

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2 comentarios

  1. alessiaalvaradososa95@hotmail.com
    24 agosto, 2015 a 1:26 — Responder

    Una pregunta, ¿ para ir a Venezuela , como Españoles , que requisitos les pidieron como turistas?, es que mi pareja es de allá, vive en un pueblo a 8 horas de caracas, y tenía pensado ir de turista a visitarle, el no tiene problema en dejarme que me quede en la casa, iría con ida y vuelta, pero no llevaría dinero porque me quedaría ese mes con el, quería preguntar , si en el aeropuerto de Caracas ¿les pidieron que demostraran la estancia y el dinero que llevaban para entrar al país? ¿ o si les preguntaron algo?, ¿ si llevaron visa turista, ( que dicen que España como turista no es obligatorio que lleve visa), o sencillamente llegaron al aeropuerto con pasaporte les sellaron y ya esta?

    • 25 agosto, 2015 a 1:35 — Responder

      Alessia,

      a mi no me pidieron nada. Haces el trámite de entrada en inmigración y ya. EL pasaporte con validez de 6 meses y ya. Pero eso fue en 2009. Ahora, lo mejor es que consultes la página de la embajada venezolana o similar para asegurarte.

      Saludos.

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