Tener la oportunidad de asistir a una boda tradicional balinesa, no es un hecho muy común (si no es que vives en Bali, se entiende). Pues el aquí presente, recibió esa invitación y aprovechando el inicio de su viaje, en Bali se he plantado para verlo. @kaldorana del blog jakartaymas.com (el padre de la novia) y su esposa Santy (mi profesora de indonesio) han sido los culpables. Vaya por delante mi agradecimiento.
Bali vive una realidad muy diferente a la del resto de Indonesia, y no solamente por razones económicas. La religión, su gente y la filosofía de vida configuran un paréntesis dentro de un país marcado por la religión (mayoritariamente musulmana). Así pues, una boda balinesa (según lo tradicional) se celebra según el rito hinduista. Que aunque pueda parecerse en algo al hinduismo de India, es diferente.
De hecho, en Bali, es muy común preguntarle a la novia Sudah berisi? que literalmente quiere decir ¿Ya estás sembrada? Embarazada, vamos. Es un signo de alegría y fertilidad aceptado y comunicado con la felicidad que se merece. Sin tapujos ni dogmas extraños.
El día de la boda no es elegido por los novios. Tampoco por su familia. Son los dioses y la luna los que deciden finalmente la fecha adecuada para garantizar un matrimonio feliz. El sacerdote, tras observar todos estos elementos, fija la fecha de la boda que por supuesto, tiene que celebrarse en la casa de los padres del novio.
Como en todas las bodas -creo- la protagonista es siempre la novia. Los ritos y ofrendas empiezan días antes. Siguiendo la norma estricta, la novia no debería de salir de la casa del novio cuatro días antes de la boda. Por si pudiera pasarle algo.
La novia por su lado, se levanta a las 3 de la mañana para empezar a prepararse. Hay mucho que hacer y preparar. El primer ritual, no es hasta las 8.
A esa hora, se lleva a cabo el rito hindú (de Bali, no nos olvidemos) más importante: el limado de los dientes. Habitualmente, se celebra en la adolescencia, cuando la niña pasa a ser mujer. Simboliza la eliminación del Kama (deseo incontrolable), loba (la avaricia), krodha (la ira incontrolable), mada (una especie de intoxicación que le trae pensamientos oscuros), moha (la confusión que lleva a alguien que es incapaz de terminar las tareas a la perfección) y finalmente matsarya (los celos que provocan hostilidad). Todo en uno.
En esta ocasión, Sara que es de Jakarta (bueno, vasco-indonesia) se ha convertido recientemente al hinduismo. Por lo tanto, ha empezado el día de su boda siguiendo este ritual. A la vez que ella, otras dos chicas han aprovechado la ocasión para hacerlo. Lo que me llama mucho la atención, porque aquí no se nos ocurriría a nadie aprovechar la boda de otro para confirmarse, o hacer la primera comunión… Quizá sean familiares directos de los novios. No sé.
La novia, tras recuperarse del rito y hacerse algunas fotos con los familiares y amigos, van siendo requeridos por el sacerdote y sus ayudantes para realizar un seguido de rezos y ofrendas. Todo para asegurarse la felicidad, agradecer su enlace y tener prosperidad en su vida matrimonial y personal.
Los invitados van y vienen a su antojo. No hay un orden establecido. Los hay que siguen preparando comida, otros charlan, otros, los más curiosos -como yo- no se pierden ripio de lo que sucede.
Una boda tradicional balinesa, no es pesada, ni protocolaria (al menos para los invitados). Nadie espera que todo acabe para divertirse en el banquete. Todo sigue su curso, no hay un horario que seguir y se van realizando los ritos de forma intercalada, aprovechando los ratos libres para charlar con la gente, la familia o beber algo. En estas latitudes, a media mañana el calor ya empieza a apretar.
Comida y bebida no falta, por supuesto. Cuando los ritos han finalizado, entonces se come. Los novios también lo hacen, pero no en un lugar determinado. Comen entre los invitados, sentados y alternando entre ellos. Es un ambiente relajado, y nada encorsetado comparado con las bodas occidentales.
En un momento no especificado los tratados sobre bodas balinesas, los padres del novio hacen entrega a los padres de la novia de un paquete. Éste lleva leche y una pequeña cantidad de dinero. Simboliza el pago que les hacen por el dinero y la leche invertida en criar a la novia. Ahora, Sara pertenece -de forma simbólica- a la familia de Mawan. La familia del novio gana una mujer, pero la de la novia no gana nada. Con este símbolo, ambas familias ganan con el matrimonio.
La ceremonia finaliza cuando las damas de honor (o algo parecido) y las personas designadas para ello, vienen a desvestir a los novios. Incluso cuando la mayoría de los invitados ya se han marchado, la tradición marca que no pueden quitarse nada hasta la hora fijada por el sacerdote. Teniendo en cuenta el calor, el tocado de la novia -pesa más de dos kilos- el corsé y toda la parafernalia, aguantar estoicamente, no tiene que ser nada fácil. Pero el amor ya se sabe -también en Bali– todo lo puede.
9 comentarios
Que reportaje más bonito has publicado… y curioso, para mí que no conozco nada de esa cultura…
Muy interesante! aunque se escapan muchos detalles del simbolismo y ritos que hacen.
M’ha agradat moltíssim el reportatge. Els nuvis, guspíssims i les fotos excepcionals.
Salutacions!
Gràcies Mercè! Estic segur que a tu també t’agradaria una cosa així…amb tant de ritual i cultura! Salutacions!
Enhorabuena por la experiencia vivida. Me ha encantado la explicación del limado de los dientes. La próxima vez que me case lo haré de esta forma, parece un ritual que asegura la felicidad en el matrimonio ;-)
jaja Escriche!!! el limado se lo hacen a todas las mujeres balinesas al pasar a la edad adulta. En este caso se lo hicieron a la novia porque no es balinesa y no había hecho el rito en su debido momento…
[…] más de diez días en Bali sin mucho más que hacer que descansar y disfrutar de una fantástica boda balinesa, pasar unas anginas y dedicarme a mi mismo, por fin tengo definidos mis próximos […]
Hemos pasado 15 días en Bali. No conocíamos nada de Indonesia y nos hemos vuelto encantados. Parábamos en el Resort Meliá Garden Villes y desde allí hac´`ia excursiones a nuestra medida. No nos ha faltado horas y horas de sol y playa. Seguro que volvemos!!
Maribici me alegra que os haya gustado. Volver siempre te da la oportunidad de seguir descubriendo un lugar. Saludos!