Como ya te conté hace unos días tengo miedo a volar. Bueno, creo poder decir que ahora ya mucho menos. Pero no nos adelantemos a las conclusiones y resultados. El caso es que decidí cambiar aquello que me hacía disfrutar un poco menos de mis viajes (al menos durante las horas de vuelo) y decidí hacer el curso que encontré en www.perderelmiedoavolar.es
Y qué mejor para empezar, que salir del trabajo (Barcelona) y tener que llegar al curso (Madrid) en 3 horas, obviamente en avión. No se si me dolió más lo que me costaron los taxis para llegar a tiempo o el propio vuelo.
Como en todas estas cosas en las que se mezclan las emociones y los miedos, las preguntas sobre el curso me iban y venían desde hacía días. ¿Seríamos un grupo de histéricos? ¿Cómo será esa otra gente con miedo a volar? ¿Qué nos harían hacer? ¿De verdad funcionará el curso para perder el miedo a volar?
Obviamente llego tarde al curso, que es lo mejor para que todo el mundo se fije en tí y sentirte observado. Los 16 miembros restantes del grupo somos de lo más variado. Desde los que necesitan volar por motivos de trabajo, los que sufren meses antes de las vacaciones porque la familia quiere ir al Caribe en lugar de quedarse en la Sierra de Madrid, o quien hace 30 años que no se han montado en un avión y ahora, ya más mayor, ha decidido ponerle remedio para poder conocer mundo.
Todos con nuestros miedos. Todos con nuestras fantasías sobre los efectos catastróficos de los aviones y lo que les rodean. En definitiva todos con miedo a volar y sobretodo, aunque nos pese admitirlo, áltamente controladores en nuestras vidas.
La mejor forma de empezar es explicar a qué le tienes miedo. Lo que temes, lo que te imaginas. El proceso nervioso por tener que volar puede comenzar con la simple compra de los billetes, la existencia de la posibilidad de tener que coger un avión o con acercarte a un aeropuerto. Hay para todos los gustos.
Unos le tienen miedo al despegue, otros a las turbulencias, otros desconfían de los pilotos porque creen que están de fiesta toda la noche y pilotan borrachos… Son más que evidentes nuestras risas nerviosas al explicarlo, pero nos ayuda a relajarnos.
Tras exponer uno a uno nuestros miedos, ya tenemos otras caras. Hemos visto que todos nos parecemos y padecemos de lo mismo. Yo creo que me he identificado con el 90% de los miedos de todos ellos, y no sé si eso me deja más tranquilo.
En el curso, toma una gran importancia la reflexión psicológica sobre el miedo. Se habla sobre la naturaleza del miedo que sentimos y sobre los procesos mentales que nos llevan a esos estados nerviosos. Luisa (coautora del libro Feliz Vuelo, Ed. Planeta), es la psicóloga que nos da la charla y ella lo tiene claro: tenemos una imaginación desbordante y somos todos unos grandes controladores.
El objetivo del curso, es en definitiva, identificar los pensamientos que tenemos sobre lo que no podemos controlar (la falta de control sobre algo es la causa del miedo) y preparar para cada uno de ellos, un pensamiento antídoto basado en conocimientos técnicos y psícológicos sólidos. Obviamente es gracias a los profesionales que imparten las charlas, que puedes llegar a elaborar este tipo de pensamientos.
En el curso aprendes a formular tus pensamientos de forma adecuada basados en el conocimiento, pero eres tú quien con la práctica tienes que aprender a utilizarlos para perder el miedo a volar. Lo más importante, es que en el vuelo de prácticas (que ya te contaré otro día) tomas conciencia de que es posible hacerlo y de que es cuestión de ponerlo querer hacerlo.
El curso para perder el miedo a volar de Wolters Kluwer tiene algo que no tienen los demás: la oportunidad de subir al simulador del Airbus 320 que Iberia tiene en el CEM.
Manuel, el chófer del autobús (quien dice no pondrá los pies en un avión), nos traslada al centro para subirnos a la máquina diabólica. Aun sabiendo que no se levanta del suelo, me aparece un poco de esa ansiedad tan familiar. Sólo pensarlo, nos recuerda la experiencia que todos tenemos al subirnos al avión.
El encargado de hacernos las explicaciones técnicas durante la simulación y luego también en la charla formativa del segundo día, es Javier del Campo Martín, piloto y co-autor del libro junto con Luisa.
Javier es piloto con miles de horas de vuelo y una gran experiencia tanto en vuelos del ejército como comerciales con y sin pasajeros. Es el encargado de hacernos más ligero el trago de meternos en la cabina y darnos las explicaciones pertinentes. Es inevitable (discúlpame Javier si ves esto) que su forma de hablar y explicarse recuerde un poco al gran Paco Martínez Soria. Aparte de su gran experiencia, quizá sea eso parte del secreto del éxito del curso…
El hecho de saber cómo funciona ese cacharro, los procedimientos que se siguen antes, durante y después del vuelo, y saber cómo se hacen frente a los incidentes, ya nos deja otra sensación en el cuerpo. En mi caso, descubrir que el avión puede volar sin motores, fue un gran avance. Parece absurdo ¿verdad?
Tras un buen rato en la cabina, nos trasladan al hotel. Ya estamos preparados para la segunda jornada del curso. La charla técnica y el vuelo real para poner en práctica todo lo que hemos aprendido. Pero eso te lo cuento luego…
Sigue leyendo más sobre cómo pusimos en práctica lo aprendido en la tercera jornada del curso.
2 comentarios
[…] día anterior, el grupo había identificado todos sus miedos. Además la experiencia con el simulador de vuelo, aclaró muchas dudas y marcó un hito importante en lo que iba a ser el inicio real del […]
[…] día anterior, el grupo había identificado todos sus miedos. Además la experiencia con el simulador de vuelo, aclaró muchas dudas y marcó un hito importante en lo que iba a ser el inicio real del […]