El menda, en Indonesia integrándome (qué careto...)

El menda, en Indonesia integrándome (qué careto…)

Escribo esto desde Lovina, en el norte de Bali mientras en el hilo musical suena una melodía zen que se me antojó atractiva al principio y que ahora está machacando mis oídos y empieza a desconcertarme (o a hipnotizarme, no sé). A pesar de eso, y de que el teclado no me escribe las e;es (enyes), la conexión va  viene como el Guadiana  y que el ratón inalámbrico de los chinos a veces va para un lado y a veces para otro, voy a inentar contarte lo que van siendo estos días por Indonesia.

 

Día 1,2 y 3 – Tengo sueño…

Embarcando en Barcelona.

Embarcando en Barcelona.

La salida de Barcelona ha sido un tanto atropellada. No he encontrado el carné de vacunaciones y no he tenido que patear media Barcelona par hacerme un duplicado. Con la maleta sin montar y apurando las horas. Qué viaje tan improvisado…El vuelo a Yakarta (Indonesia) una delicia como siempre con Qatar Airways. Por fin puedo decir que el miedo a volar está superado. Bueno, hay que seguir trabajándolo pero ha mejorado mucho.

 

Al final cambio planes y no paro en Yakarta. Lo dejo para el final. Vuelo nada más llegar a la capital hacia Bali. Son casi 3 días sin dormir en condiciones y me he plantado en Seminyak hecho un trapo. Delante del hotel hay 5 discotecas y me temo  lo peor. Por suerte no se oye una mosca, pero no pego ojo. Al final me uno al jolgorio de la calle y duermo un par de horas. Por la manyana no sirvo para nada.

Una buena habitación para descansar del viaje. (Fave Hotel)

Una buena habitación para descansar del viaje. (Fave Hotel)

Decido pasarlo como puedo hasta recuperarme entre Bintangs (la cerveza por excelencia en Bali) y paseos por la playa. Nunca me había pegado tanto el jetlag (si es que es eso) y me había costado tanto ponerme en marcha.Tengo sueño, sueño y me duermo por los rincones…

Playa de Seminyak.

Playa de Seminyak.

Me entretengo observando a los locales, mientras planeo volver al hotel a dormir.

Me entretengo observando a los locales, mientras planeo volver al hotel a dormir.

Bintang, la cerveza por excelencia.

Bintang, la cerveza por excelencia.

Dia 4 – Ubud, el tipo del bigote y yo, con sueño.

A eso de las dos de la manyana me he liado la manta a la cabeza y he decidido ir a ver el amanecer al templo de Tanah Lot, el más famoso de bali. No he querido dejar de verlo. Todo el mundo va allí para ver el atardecer y   yo que soy más chulo, voy a hacerlo al revés. Me levanto a las 5 para coger el taxi que he pactado apenas hace 3  horas y allá que vamos.

Multitud de puestos cerrados aun esperando la tarde para recibir a los turistas.

Multitud de puestos cerrados aun esperando la tarde para recibir a los turistas.

Señora, preparando cajitas de hoja de banano para las ofrendas.

Señora, preparando cajitas de hoja de banano para las ofrendas.

Llegamos pronto y la cosa pinta bien. Bueno, hasta que se ha nublado de narices y no hemos visto el sol más que un momento, pero ha salido bonito en algunas fotos y verlo sin toneladas de turistas encima ha valido ya es algo. No sé si el madrugón ha valido la pena. No tengo mucho ánimo para pensar en ello. Mi jetlag vuelve a resentirse.

El templo de Tanah Lot, bajo las nubes... y el experimento a la porra.

El templo de Tanah Lot, bajo las nubes… y el experimento a la porra.

Un taxi por el módico precio de 250.000 Rp (que ya no sé si es mucho ni poco) me ha hecho el recorrido de apenas 30km hasta Ubud -hacia el norte. Empiezo a marearme con esto de las rupias. No me acostumbro y los millones de rupias se me van de las manos que da gusto. 1 euro son 14.000 rupias proximadamente. Al final, casi que decido por calcular que una buena comida debe estar sobre las 100.000 y que una cerveza sobre las 30.000. El resto, como el alojamiento y esas cosas más importantes dependen del cansancio, y lo sudado que llego al lugar para que me parezca caro o barato. He perdido el criterio.

Calle principal de Ubud, cargado de turistas.

Calle principal de Ubud, cargado de turistas.

Los interiores de las casas con bonitos jardines.

Los interiores de las casas con bonitos jardines.

Ofrendas en un templo cercano. Las hay por todas partes.

Ofrendas en un templo cercano. Las hay por todas partes.

Lotus Café.

Lotus Café.

Ubud es muy turístico pero tiene muchas cosas que ver y que hacer. Tanto que al ver la marabunta de turistas se me quitan un poco las ganas de hacerlas. Soy así. Es una lástima porque Ubud no está mal -creo- y es para perderse por ahí y descubrir sus rincones menos transitados. Me instalo y me voy a ver qué encuentro y tropiezo con  un sitio que me parece un poco turistada (el Lotus Café) que en realidad esconde un magnífico estanque de lotos y un templo la mar de majo  donde por la noche hacen un espectáculo de danza Jange, una especie de danza y teatro tradicional.

Las figuras de los dioses y los símbolos tienen una gran expresividad.

Las figuras de los dioses y los símbolos tienen una gran expresividad.

Ceremonia en el templo, al fondo del Lotus Café.

Ceremonia en el templo, al fondo del Lotus Café.

Los niños siempre son los más curiosos.

Los niños siempre son los más curiosos.

...y los más traviesos.

…y los más traviesos.

He reescrito tres veces el párrafo anterior porque el ratón chino se ha vuelto loco y he tenido que reiniciarlo al hacer saltar la página y perder los cambios. Me impregno de la dichosa melodía zen del   hilo musical y repito Me siento feliz  y me estoy agradecido por todo lo que tengo… ¡Me cag… en la mierda del ratón!

El jetlag decide por mí y compro una entrada para el espectáculo de la tarde y me voy a dormir. No soy persona… Me empieza a preocupar que después de ya unos días todavía no me haya recuperado. De todas formas no me pongo nervioso, me apetece tomármelo a mi ritmo y si necesito dormir, duermo, si salgo, salgo y si me dedico a no hacer nada, pues también me sirve. Me siento Julia Roberts aprendiendo el arte del Dolce farniente en la película Pray Eat and Love. Algún día tengo que verla.

Escenario del Lotus Café.

Escenario del Lotus Café.

El despertador suena apenas 20 minutos antes de iniciarse la sesión de danza y medio dormido, salgo disparado hacia el Lotus Café. No hay nadie por la calle porque todos están en los espectáculos. Pienso que en menuda turistada me he metido y que aquello va a estar abarrotado de gente y me va a tocar sentarme en la fila mil. Me pierdo a pesar de que el sitio está a apenas 3 calles de la guesthouse. Es un plus de emoción que siempre anyado cuando llego tarde a un sitio.

Las ofrendas antes de empezar el espectáculo no pueden faltar.

Las ofrendas antes de empezar el espectáculo no pueden faltar.

Al final, me llevo una sorpresa. En el lugar, apenas éramos una treintena de persona y he llegado para ponerme en primera fila y en el centro. He flipado. Un buen espectáculo del que no he entendido un pijo, pero ha sido muy visual y ameno. Algo sobre una historia de amor del tipo del bigote y la senyora de los tres cuernos florales  en la cabeza.

Los músicos, que han resultado ser los que estaban en la ceremonia de la tarde.

Los músicos, que han resultado ser los que estaban en la ceremonia de la tarde.

Un servidor, entre los actores (el que va vestido de mono, el de al lado)

Un servidor, entre los actores (el que va vestido de mono, el de al lado)

Tras la foto de familia, a las 9 de la noche tengo los ojos como platos. Me he obligado a irme a dormir tras una cena sensacional en un retaurante en el que un cartel decía literalmente en inglés:

No nos comprometemos con la higiene o calidad de nuestra comida.

Curiosa confusión. Al contárselo a la camarera, se le han puesto los pelos de punta, porque obviamente, su intención era decir lo contrario. A saber cuántos años llevaba aquel letrero allí colgado.

La prueba del error gramatical (sexta línea).

La prueba del error gramatical (sexta línea).

 

Si quieres puedes seguir leyendo el diario en el siguiente post.

Pierre y Emilie en el parque Güell de Barcelona.
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Descubriendo Islandia con Pierre y Emilie (vídeo)

Tres, cuatro y hasta cinco personas en una moto, lo más normal.
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Indonesia - Diario de viaje 2 (Bali)

6 comentarios

  1. 26 septiembre, 2013 a 15:58 — Responder

    Pues, te veo muy integrado en la naturaleza balinesa.
    Saludos

  2. 26 septiembre, 2013 a 17:46 — Responder

    ¡Vaya hotelitos que gastamos, eh??? :)

    Qué pasada los campos de arroz, me encantaría visitarlos alguna vez.

    Y qué gracia me ha hecho lo del cartel del restaurante, me imagino a la pobre camarera…jajaja ¿Y no les corregiste ya de paso las demás faltas de ortografía? jejeje.

    Si te apetece, yo estoy compartiendo nuestro viaje a Chile ;)

    ¡Un saludo!

    http://elcalderodenimue.wordpress.com/

  3. 9 octubre, 2013 a 10:43 — Responder

    Me ha encantado vuestro articulo y me ha sabido a poco pero ya sabeis lo que dice el dicho «si lo bueno es breve es dos veces bueno». Me gustara volver a leeros de nuevo.
    Saludos

  4. anbel
    14 octubre, 2013 a 17:41 — Responder

    Qué guay!!

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