Pues no ha llovido desde que Angelina Jolie paseó sus sugerentes curvas por las ruinas del templo Ta Prohm, el más misterioso y enigmático de los Templos de Angkor (Camboya). Fue por allá en el año 2001 cuando la película Tomb Raider vio la luz y uno aun creía que todo lo que salía en ellas era de mentira. Decorados de cartón piedra y fantasías del director de turno. Pero el tiempo y los viajes te demuestran que las cosas no son como creemos. La escena se filmó en el mismo templo. Y fue eso lo que le hizo, en cierta forma, famoso.
Si no has visto muchas fotos o la propia película, puede que entres en este templo sin saber lo que te espera, porque desde fuera parece un templo normalito, de poca altura y sin mucha historia. Un templo budista del siglo XII sin demasiadas florituras. Pero llegas allí, te adentras en sus galerías y descubres rincones mágicos. Lugares tranquilos a pesar del gentío que puede llegar a haber. Por suerte, los grupos de turistas chinos sólo se paran en los puntos más famosos de la película. Es lo que tienen los grupos de chinos. Llegan, consumen el lugar como si fuera un refresco y se marchan tan rápido como han llegado y armando escándalo. Si tienes un poco de paciencia (y te sales del circuito), Ta Prohm es muy agradecido de visitar.
El templo Ta Prohm es el único que no ha sido completamente limpiado de la invasión de la selva. De hecho es este su mayor atractivo. Se mantiene poco reconstruido precisamente como ejemplo de cómo la naturaleza supo recuperar su terreno. Pero en cierta manera y es quizá lo más interesante de todo, que lo hizo respetando al propio templo. Hay una parte exterior reconstruida y otra en proceso de reconstrucción. También se talaron muchos de los árboles que crecían dentro del recinto, pero se mantuvieron los más emblemáticos y espectaculares.
Ta Prohm es perfecto para pararse a observar las piedras y los árboles. Enormes árboles incrustados entre las piedras del templo. Árboles que durante cinco siglos han ido buscando entre las piedras el alimento del suelo. Creciendo sobre los techos abovedados del templo, como pulpos envolviendo con sus tentáculos las construcciones. Sinuosas y misteriosas formas de sus troncos y raíces crean un ambiente espectacular, algo fuera de lo normal. Rincones increíbles llenos de historia, llenos de tiempo y paciencia.
Como otros lugares mágicos, Ta Prohm pasó prácticamente desapercibido hasta que apareció en una película. Así pasó también con la malograda Maya Bay, la playa perfecta de Tailandia donde Leonardo DiCaprio perdió la cabeza. En esta ocasión, el templo, pese a haber salido en la película, no ha sufrido una masificación tan exagerada como las Islas Phi Phi, donde se encuentra la susodicha playa. Algo que para los que nos gusta que los lugares conserven parte de su encanto y misticismo natural a pesar del turismo, es de agradecer.
Este es un vídeo dónde aparece la escena en la que Lara Croft (Angelina Jolie) se adentra en el templo. Al final del vídeo aparece un maquillado y concurrido Angkor Wat. El supuesto río por el que navegan las barcas es en realidad una charca cuadrada frente al templo que no mide más de lo que se ve en la escena. Por lo que no tiene lógica ninguna que haya barcas ni vendedores flotantes en ella. De hecho, si te fijas, está llena de nenúfares. Plantas que nunca encontrarás en un canal o río con agua en circulación. Pero es lo que tienen las películas, que modifican la realidad y te incitan a imaginarte escenarios inmensos e increíbles…
Situación y datos prácticos
Para tener más detalles sobre las entradas al parque y cómo funcionan, revisa el artículo con todos los detalles prácticos para visitar Angkor.
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