Este y otros artículos corresponden al viaje que realicé el verano de 2009 por Venezuela durante un mes. Todo un descubrimiento, toda una experiencia. Mi primer gran viaje, y en Sudamérica.
Tomé la decisión en el mes de febrero, casi sin conocer qué había o qué podía hacer en un país sudamericano que desconocía totalmente. Cuando digo totalmente, es totalmente. Había coincidido en Barcelona con un excompañero del trabajo (venezolano) y se me ocurrió que podía ser divertido hacer algo que nunca había hecho antes. Viajar solo a un país extranjero durante un mes entero. Venezuela me pareció una buena opción.
El verano anterior había estado en Israel y Jordania, pero ir en grupo, no es lo mismo. Aun y así, aquel viaje había despertado en mi el gusanillo viajero. Así que empecé a mirar billetes de avión y casi sin pensarlo, y sin tener nada claro, compré un billete para pasar todo el mes de agosto en Venezuela. Algo tenía claro, y es que me sentía capaz de fluir e improvisar con lo que me fuera encontrando, así que no quería darle una forma predeterminada a lo que esperaba encontrarme. Esta actitud fue quizá lo mejor del viaje: fluir, sin juzgar absolutamente nada y disfrutar de realidades y formas de entender la vida diferentes a lo que yo, hasta entonces, estaba acostumbrado.
A todas las personas (venezolanas) que le contaba mi intención de recorrer el país solo, me decían ¡Chamo, tú estás loco! y es que Venezuela está considerado el segundo país más peligroso de américa latina, según dicen. Ahora, en 2015 la cosa está mucho más complicada.
IMPORTANTE: Si estás pensado en ir por allí, no dejes de leer muy atentamente los consejos de seguridad (y los comentarios del artículo) para empezar a conocer Venezuela y puedas moverte por el país con una cierta seguridad. Infórmate muy bien también sobre dónde se puede ir o no y consigue anfitriones verificados en comunidades como couchsurfing.
Aparte de esto, la verdad es que todo fue como una seda y la experiencia fue del todo recomendable.
La preparación del viaje fue como estar viajando durante cinco meses antes de coger el avión a Caracas. Encontrar información sobre a qué zonas ir, qué ver, encontrar contactos en el país (que fueron básicos para el éxito del viaje), entender cómo funcionaba el país, horas y horas de conversación por messenger con gente de allí…etc. Además, la gente de la comunidad del couchsurfing fueron de gran utilidad. La verdad es que encontré cantidad de gente dispuesta a ayudar e informar sobre lo que conocían y recomendaciones básicas para moverme por allí.
Entre otros, conté con Alberto (ahora amigo mío y con quien mantengo el contacto) que incluso me cedió una de sus tarjetas del banco y la clave de acceso para que pudiera disponer de mi dinero en cualquier cajero del país, sin necesidad de llevar encima más que lo imprescindible. En Venezuela existe doble mercado y es muy ventajoso vender en el mercado negro los euros y multiplicar por 8 el dinero del que dispones. Por ello no llevé cheques de viaje ni tiré de tarjeta de crédito. El cambio de mis euros, me lo realizó inicialmente otro amigo mío, Elvis con quien comparto también una muy buena amistad. Luego, ya con la práctica cambiaba yo mismo mis euros sobre la marcha.
Para este viaje, utilicé la guía Lonely Planet de Venezuela, pero no sólo para descubrir lo que ver y hacer, sino para contrastar y definir la forma de moverse por el país. Lo mejor que pude hacer, es leer toneladas de blogs y experiencias de otras personas que habían hecho un viaje similar. La información institucional turística de Venezuela en la red es muy limitada. Así que definí el viaje en base a los viajes de otros. La gúia, para perfilar medios de transporte entre destinos, horarios, precios orientativos, algún que otro alojamiento…
El mayor error que cometí (error por inexperiencia) fue mi equipaje. Una maleta rígida de 25 kg y mi mochila grande como equipaje de mano, aunque vacía. El plan era dejar en Caracas la maleta y hacer la mochila con lo necesario para cada viaje por dentro del país. En realidad sobraba el 50% del equipaje. Creo que por ser la primera vez que hacía un viaje así. Incluso me llevé el portátil, porque quería escribir mi diario cada día, pero a la semana, la humedad de Choroní me lo fastidió. Por suerte estaba en garantía.
El planning estaba más o menos cerrado, aunque si algo tenía claro era que en cualquier momento se podia variar y tenía que estar abierto a poder fluir con los acontecimientos de cada día.
Estos son los artículos publicados sobre este viaje. Espero te sean de utilidad y te animes a visitar un país emocionante, lleno de vida y con grandes atractivos.
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