La noche no pasó mal. Dormir en las hamacas era más cómodo de lo que pensamos inicialmente. El grupo de japoneses se había levantado mucho antes que nosotros con sus frontales de luz y les habíamos visto entre sueños. Fue como una escena de encuentros en la tercera fase, pero con abuelillos en pijama de un lado para otro vistiéndose de exploradores para iniciar la marcha.

La espectacular vista de Salto Ángel de buena mañana, iluminado por un rayo de sol, ya anunciaba que lo que íbamos a ver aquella mañana, iba a ser algo fuera de lo normal. En época de lluvias no es sencillo poderlo ver sin nubes ni niebla. Como pilles un día nublado suele haber niebla en toda su base y parte alta, por lo que probablemente no puedas verlo en toda su plenitud.

Salto Ángel iluminado por el sol entre las nubes.

Salto Ángel iluminado por el sol entre las nubes.

Mi estómago mejor, sin los problemas producidos por el ron de anoche después de la cena (que me había hecho precisar de un inodoro con urgencia). Así que nos levantamos para desayunar unas arepas con mantequilla (en Venezuela la mantequilla siempre lleva mucha sal) y un poco de leche y café. La araña que descubrimos sobre nuestras cabezas no era normal. ¿Y si se hubiera deslizado lentamente durante la noche sobre nuestras hamacas….? (¿se puede ser más de ciudad?)

La ruta desde el campamento hasta Salto Ángel es de unas tres horas (véase que insisto en lo de Salto Ángel y no Salto DEL Ángel que no es su nombre, aunque todo el mundo se empeñe en lo contrario)

Iniciamos la marcha cruzando el río en lancha y nos pusimos a caminar entre enormes árboles. La vegetación es espectacular. Nos quedamos parados, cuando de pronto, Fredy, nuestro guía, que hasta el momento había llevado sandalias para desplazarse, se las quitó e inició su marcha descalzo. Era todo un espectáculo ver cómo aquella gente se desenvuelven mejor en sus tierras tal y como han hecho desde pequeños. No importaba si subíamos rocas, ramas de árbol, caminos de tierra… él sin inmutarse y a un ritmo impresionante. Por lo que supimos después, los super abuelillos ya habían llegado a aquellas horas a la cascada (ole el ritmo que me llevaban también).

 

Mirador Salto Ángel, antes de llegar a su base.

Antes de llegar a la base de la cascada, se hace un alto en el mirador. Es una gran roca desde donde tienes una vista impresionante y desde allí es desde donde podrás hacer las mejores fotos. Por turnos, claro porque el espacio es muy reducido.  Al ser época de lluvias, Salto Ángel estaba espectacular y muy crecido. Són más de 979 metros de caída en total. Algo sensacional. Te sientes muy pequeño bajo aquello. Estaba viendo el salto de agua más grande de toda la tierra, que no es poco.

Pues yo, para dejar constancia.

Pues yo, ahí plantado, para dejar constancia.

Sobretodo, no vayas justo de memoria en tu máquina de fotos. Cada vez que se mueve una nube, o aparece un poco de niebla, cambian los colores y su aspecto. Sacarás fotos del chorrito en cuestión, de todas las formas posibles. Después de casi agotar nuestras tarjetas de memoria, seguimos hasta la base del salto. Allí hay una poza muy agradable donde bañarte. Te avisan de que te lleves el bañador. Obviamente, para caminar 3 horas no lo lleves puesto o puedes acabar escaldado. Allí hasta los abuelillos se habían cambiado en mitad del bosque… ¿por qué no nosotros?

La cascada que da a la poza donde te puedes bañar.

La cascada que da a la poza donde te puedes bañar.

El baño impresiona. Fredy se puso a hacer el loco subiendo por las rocas de la cascada (descalzo, claro) para tirarse de cabeza. Alguno de los alemanes intentó seguirle, pero apenas consiguió subir un par de metros.

Las vistas hacia el valle tampoco tienen desperdicio.

Las vistas hacia el valle tampoco tienen desperdicio.

Fredy (en el centro) haciendo el pamplinas con dos alemanes (si supieran lo que nos llegamos a reír con ellos...¿o de ellos?)

Fredy (en el centro) haciendo el pamplinas con dos alemanes (si supieran lo que nos llegamos a reír con los alemanes…¿o de ellos?)

Si todo lo que había visto de Venezuela hasta el momento me había emocionado (bueno Puerto la Cruz no) Salto Ángel colma las espectativas del más exigente.

Salto Ángel empezando a ser cubierto por las nubes (lo más habitual es verlo así o más tapado)

Salto Ángel empezando a ser cubierto por las nubes (lo más habitual es verlo así o más tapado)

Después de un buen rato de baño, se empezó a nublar y decidimos iniciar la vuelta hacia el campamento. Esta vez, Fredy no cruzó el rio en lancha, como a la ida, sino que lo hizo a nado, cosa que imitó uno de los alemanes (cómo no) y casi tenemos que ir a buscarlo a la laguna de Canaima, porque la corriente no es poca.

Fredy y el individuo alemán antes de iniciar la travesía del río a nado (no lo parece pero hay profundidad)

Fredy y el individuo alemán antes de iniciar la travesía del río a nado (no lo parece pero hay profundidad)

Después de comer, se recoge rápido para volver lo antes posible. Yo preferí aprovechar la presencia de un inodoro antes de montarme 4 horas en una lancha, no fuera que mi estómago me hiciera de las suyas. Si me descuido, se marchan sin mí…

A mitad de camino paramos en unos pequeños saltos de agua, que normalmente se visitan al subir, pero dado nuesto horario y cambio de planning inicial, decidimos verlos a la vuelta. Coincidimos con 3 barcas más, lo que hizo del momento un poco apretado.

Todos a mojarse los pies... ¿era necesario si ya llevábamos el fondo de la lancha inundado?

Todos a mojarse los pies… ¿era necesario si ya llevábamos el fondo de la lancha inundado?

Lo encontramos abarrotado por un grupo de koreanos que estaban disfrutando de un baño. Fue allí donde conocí al Power Ranger Blanco (véase a la derecha de la foto).

Nosotros llegamos mojados por la lluevia, así que no teníamos ganas de más agua.

Nosotros llegamos mojados por la lluevia, así que no teníamos ganas de más agua.

La vuelta en el atardecer fue preciosa. Apenas llovió unos minutos. El descenso del río, con la luz del sol de frente, ya bajo, con el agua salpicándonos en la cara, y la brisa fresca fue todo una delicia.

El sol de tarde, una delicia mientras desciendes el río.

El sol de tarde, una delicia mientras desciendes el río.

Era muy divertido observar cómo íbamos abanzando unas y otras, haciendo carreras a ratos y saludándonos unas lanchas a otras mientras el cansancio y el sol del atardecer nos brindaba los últimos rayos de calor.

Los locales, van en las lanchas como si nada.

Los locales, van en las lanchas como si nada.

Ya en el campamento, cada uno a su habitación a adecentarse con una buena ducha. Mi habitación había sido invadida por decenas de mosquitos muertos (por lo que deduje que tuvieron la previsión de echar insecticida antes de nuestra llegada), así que tuve que hacer limpieza previa.

El comedor del campamento.

El comedor del campamento.

La cena, sencilla en el comedor del campamento, sirvió para compartir las experiencias vividas durante la excursión. De verdad que si lo pruebas, es una experiencia increíble.

Las nubes amenazaban lluvia.
Artículo anterior

Circuito Canaima - Salto Ángel. Día 1

Artículo siguiente

Circuito Canaima – Salto Ángel. Día 3

8 comentarios

  1. […] 16 – Circuito Canaima – Salto Ángel. Día 2. […]

  2. Fersey vasquez
    26 marzo, 2012 a 19:28 — Responder

    Los pauete y los precios por favor

    • 26 marzo, 2012 a 21:48 — Responder

      Fersey no te puedo dar los precios exactos, eso mejor busca adrenaline expeditions y encontrarás la web con la información actualizada.

      un saludo.

  3. Yesenia
    17 junio, 2013 a 12:17 — Responder

    Hola! Soy Venezolana y no he ido todavía al Salto ángel y cada vez que veo fotos y escucho o leo en este caso las anécdotas vividas por quienes han tenido la maravillosa experiencia de visitarlo, me siento muy orgullosa y me dan mil ganas de ir a conocerlo, me gusta mucho tu forma de contar las aventuras, y por otro lado, me da cosa que los autóctonos de la zona no sepamos lo bonito que tenemos y lo importante que es cuidarlo, Gracias por dar a conocer al mundo las maravillas que hay! así a uno le dan ganas de lanzarse y conocer todos esos sitios!

    • 25 junio, 2013 a 16:29 — Responder

      Hola Yesenia,

      gracias por compartir tu amor por tu tierra. Tienes suerte de ser de un país tan estupendo como Venezuela. No dejes de conocerlo! un saludo!

  4. Lu
    21 agosto, 2015 a 23:03 — Responder

    Hola!!! Me encanta que compartas tus experiencias viajando, ayudan mucho a los que, como yo, estamos organizando algún viaje. En unas semanas iré a Venezuela: Los Roques y Canaima. Voy a hacer la excursión a Salto Ángel y quería saber cómo está el tema de los WC ja ja!!! Es una chorrada para mucha gente pero es que yo soy super meona y es un dato a tener en cuenta ja ja! Vamos que no tiene que ser un baño en condiciones, me refiero a si se realizan paradas en el camino o si hay ocasión de «ir al baño» ja ja! Graciaas!

    • 25 agosto, 2015 a 1:30 — Responder

      Bueno, pues en las 3 horas y pico de barca por supuesto que no se hacen paradas, aunque en la mitad se hace un trozo andando así que allí aprovechas. El lavabo es sencillo sin agua corriente pero bien, de estilo sentado. Al menos en el que yo estuve. A disfrutarlo!

Responder a Lu Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *