Cuando te hablan de gastronomía noruega es inevitable pensar en el salmón. Delicioso en cualquiera de sus formas de cocinarse… pero en Noruega hay mucho más que salmón y su gastronomía es rica en matices y sabores.

Poco o nada conocía de la cocina noruega antes de visitar el país. El salmón -sobretodo ahumado- es algo que adoro y la única referencia que tenía de su gastronomía. Pero hay mucho más. Es indudable que a los noruegos les gusta comer, y comer bien. Así lo he podido ver en los restaurantes en los que he podido comer durante el viaje.

Pude degustar la gastronomía noruega gracias a la invitación de la oficina de turismo de Noruega en España. Si te interesa saber qué puedes comer en Noruega, te recomiendo que sigas leyendo.

Pescado y marisco

El mar es sin duda el actor principal de la gastronomía en la Laponia Noruega. Pescado de río, de fiordos, del mar en las islas Lofoten… Variedad y calidad caracterizan a uno de los países que más capturas exporta a todo el mundo.

Por acabar con el tema del salmón, te diré que lo que comemos en España, aunque sea de calidad, queda muy lejos del sabor y textura del salmón noruego que allí comí. Mucho más delicado, quizá más natural, no lo sé. Pero muy diferente sin duda. Lo suelen cocinar de mil maneras -aparte de ahumarlo- y lo acompañan con verduras o salsas de mantequilla y eneldo que le combinan muy bien. A la plancha con pimienta negra -siempre sin cocinarlo demasiado- es una delicia.

Una experiencia curiosa es probar el Tørrfisk, un pescado seco que se come a modo de snack para picar. El sabor es muy intenso y supongo que es cuestión de acostumbrarse, porque los noruegos están siempre comiéndolo en sus reuniones alrededor de unas cervezas. El bacalao también se come seco, y aunque es también intenso, es mucho más llevadero.

Otra forma de preparar el bacalao es con verduras y salsa de mantequilla. Suelen aderezar bastante los platos de pescado con mantequilla y hortalizas como espárragos, rábanos -que con la mantequilla desengrasan mucho- y demás.

Las sopas y cremas de pescado también tienen su lugar destacado. Contundentes y quizá un poco pesadas para estómagos no acostumbrados a la comida necesaria para los sobrellevar los inviernos más crudos. Pero aparte de ello, muy sabrosas y con muchos matices. Mezclan los quesos, la mantequilla y las hortalizas para crear una combinación muy atractiva sin dejar que el pescado sucumba a la intensidad de las grasas.

Por lo que concierne al marisco cocido, suelen presentarlo en frío sobre una montaña de hielo picado. En mi opinión, aunque está rico y así percibes más intensamente el sabor del producto, encontré que la preparación no le beneficiaba. Echo de menos un poco más de sal y un poco de temperatura. Yo, como el marisco que se cocina en el mediterráneo…

Por otra parte las gambas en Noruega son también de una calidad excepcional. Es típico -a modo de aperitivo- prepararse una rebanada de pan con una base de salsa suave de mayonesa, las gambas cocidas con muy poca sal encima y una gota de limón con unas hojas de eneldo. Una combinación perfecta.

El cangrejo rey es otra exquisitez que no te puedes perder cuando viajes a Noruega. A unos precios de risa -debido a la gran abundancia de estos animales- es poco consumida por los noruegos, ya que principalmente lo destinan a la exportación. Cocida con sólo algunas hierbas es un lujo de plato. Si quieres saber más sobre estos bichos y cómo ir a capturarlos tú mismo, tienes toda la información aquí.

Las carnes

En el apartado de la carne encontramos un nuevo ingrediente que no esperaba probar: el reno. La carne de este animal es muy común en Noruega. De hecho es una de las más baratas que hay en el mercado. Para mi gusto te diré que la encontré un tanto seca. Creo que por eso suelen prepararlo a modo de fiambres, o asado y servido en finas lonchas para aderezarlas con diferentes salsas. Nada que ver con la ternera. Hay que probarlo.

El cordero y el cerdo son también platos muy recurrentes en las cocinas de los restaurantes noruegos. Por ejemplo, en Tromsø nos sirvieron una preparación de cordero con especias en pan de pita y ensalada que bien podría pasar por un plato de orígenes árabe. Por otro lado, el codillo de cerdo con puré de patata y crema de manzana y frutos secos forman una combinación deliciosa.

El solomillo de cerdo con coliflor y puré de patata con mantequilla que probé en Honnigsvåg fue toda una sorpresa. En Noruega saben encontrar ese punto a la carne que la hace perfecta. La combinación con algo tan humilde como una simple coliflor cocida y un poco de puré de patata es sensacional. Te la recomiendo.

Postres y cervezas

Los dulces siempre tienen un lugar especial en mi estómago. No me esperaba que este apartado tuviera tan buenos platos en la gastronomía noruega. Se caracterizan por no ser excesivamente dulces, pero con mucho sabor y presentaciones impecables. Incluso me atreví con una creme brulé -como llaman los franceses a una crema catalana de toda la vida, vamos- y fue quizá una de las mejores que he probado. El azúcar quemado en el punto exacto. La crema suave y con un intenso sabor a vainilla sin llegar a ser unas simples natillas. Muy rica.

Las cremas de yogur con sirope de arándanos son también deliciosas. Galletas, crujientes, mazapanes, trufas y un sinfín de pequeñas piezas de arte son un fantástico final para una comida redonda en cualquier restaurante.

Por supuesto, Noruega es un país de cervezas. En sus bares y pubs puedes probar muchas de ellas. Pero es quizá la cerveza Mack la más famosa. Puedes visitar su fábrica en la ciudad de Tromsø y probar todas sus variedades en el pub Ølhallen. Tienes más información aquí.

Estos son algunos de los platos que pude probar durante mi viaje a Noruega. Sin duda su gastronomía bien vale la pena una escapada al norte de Europa. ¿Te animas?