Entrada del Hotel Barceló Raval, en la Rambla del Raval de Barcelona.

Entrada del Hotel Barceló Raval, en la Rambla del Raval de Barcelona.

¿Te has dado el gusto alguna vez de ir a un brunch? Seguro que alguna vez te ha apetecido. Pues eso es lo que hice el otro día: darme el gusto.

No soy yo muy dado a los atracones de buena comida a horas que no son ni de desayunar ni de comer, pero esta vez ha sido una excepción. De eso se trata un brunch. Si no estás al tanto de lo que se es, pues te cuento. Un brunch es una desayuno-comida, un almuerzo temprano, un desayuno tardío a base de muchas cosas variadas o picoteo. Nada de platos completos y contundentes. Algo ligero, para ir comiendo sin prisa e ir charlando con quien estés, leyendo un libro o la prensa del día. Personalmente, esta última opción me parece una forma muy absurda de estropear una buena comida. Pero bueno. Un brunch es en realidad, un acto social alrededor de la comida que sabes cuando empieza, pero no cuando termina.

Hoteles Barceló ha invitado a diversas personas de la ciudad de Barcelona para probar sus restaurantes e instalaciones. A mí me propusieron hacer el brunch del domingo en el Hotel Barceló Raval, que además tengo al lado de casa. Pues allí que he ido dispuesto a darlo todo. Se come en el B-lounge, el restaurante donde ya había estado hace ya tiempo en un día de San Valentín.

Como me gusta poner las cosas un poco complicadas,  no he ido solo. He ido acompañado con un amigo que es celíaco. Es éste un gran problema para los que les gusta comer, porque no es fácil encontrar una oferta real adaptada para ellos.

El restaurante tiene en la carta algunos platos aptos para celíacos, pero el brunch no tiene platos específicos para ellos. A pesar de este primer tropiezo, la verdad es que hay bastante variedad de cosas que sí son aptas para celíacos. Además, muy amablemente, se han ofrecido a cocinar algún plato de la carta si así lo prefería mi amigo. ¿Será que aun quedan sitios con buen servicio en Barcelona?

Para disfrutar un brunch hay que ir dispuesto a comer de todo y en pocas cantidades. Hay mucha variedad. Ensaladas mini de diferentes tipos, hortalizas a la plancha, guacamoles, humus… Gambas cocidas (me pierden) y unas anchoas sensacionales que me han hecho perder un poco el norte. Por supuesto no he podido probarlo todo, es imposible.

Entre los platos salados, incluyen una sopa caliente en invierno y en verano gazpacho, bien fresco. Para los que gustan del desayuno más tradicional, una enorme tabla de quesos y otra de embutidos con un tomate preparado con un aceite de oliva que quita el hipo. Sí, a veces las cosas más tontas son las que más te sorprenden.

Panes de aceitunas, semillas, integrales, blancos, pan de molde… Bollería, cafés, tés, infusiones, zumos de frutas… Tienes donde elegir. Seguro que encuentras lo que te gusta.

A modo de segundo plato (en realidad ya habíamos hecho 5 ó 6 viajes al aparador) está incluido un tradicional huevo poché benedictine o si lo prefieres, a la florentine. El primero con una base de jamón dulce sobre la que se pone el huevo escalfado. La salsa que lo cubre ha resultado una sorpresa y de las grandes. ¿Qué tenía? ¿Mantequilla? ¿Leche de coco?… Muy rico de verdad.

Para mi amigo -con celiaquía- le han preparado el huevo poché florentine -sobre una base de espinacas- de forma especial, para que no tuviera pan ni ingredientes derivados del trigo.

Como para los postres existe ese segundo estómago, hemos seguido comiendo. Si eres celíaco sólo queda la opción de la fruta. No hay mucha más opción. En este aspecto, la oferta es mejorable.

Si tienes la suerte de no serlo, tienes un abanico bien grande donde elegir. Los pasteles de nata y fresa natural  son una maravilla. Los pasteles de repostería fina, qué te voy a contar La lástima es que no puedes probarlos todos. Se me han quedado la mayoría por probar. O te detienes a tiempo…

Para finalizar con calma y empezar a digerir los manjares, el brunch incluye un cóctel -el que quieras de la carta- para que te lo tomes en la terraza 360 grados de la azotea. El Hotel Barceló Raval, por si no lo sabes, es ovalado. Su terraza da completamente la vuelta y tiene vistas a toda la ciudad.

Por supuesto que hay cosas mejorables según el punto de vista de cada uno. Por ejemplo la variedad de postres para celíacos pero aparte de eso, todo muy correcto.

En definitiva, que es una experiencia que vale la pena. Si te gusta comer y sobretodo el buen servicio, te puedes dar el gusto de acercarte al Barceló Raval. Un buen servicio y  buena comida. He vuelto a casa rodando después de tres horas de charla y buen comer. ¿No te apetece?

 

 

(c) www.occupyforanimals.org
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5 comentarios

  1. 1 julio, 2014 a 16:16 — Responder

    Impresionante como presentan la comida, se te hace agua la boca. Saludos

  2. Teresa
    19 julio, 2014 a 7:01 — Responder

    Se ve perfecto! Cuánto mas o menos cuesta este desayuno? Gracias!

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