Ayer domingo, se celebró en Barcelona el Holi, la fiesta de los colores. El Holi es un a de las celebraciones hindúes más relevantes del calendario. En ella, se rinde culto al dios Vishnú, en la primera luna llena de marzo. Aquí, supongo que por temas organizativos y demás, se hace tan cerca de la fecha como es posible. Este es el cuarto año que se organiza y el evento va en vías de crecer aún más.
Una de las muchas leyendas que se cuenta sobre el Holi, dice que Krishna -una de las encarnaciones del dios Vishnú– enamorado de Radha, estaba celoso del color claro de su piel y le preguntó a su madre qué podría hacer para solucionarlo. La madre, le dijo que le pusiera colores en su cara y así ella también lo hizo, igualando el color de sus pieles. Es por eso, que hoy en día los enamorados, también se pintan de colores sus caras en honor al señor Krishna.
La fiesta, inicialmente con un sentido religioso muy marcado, ha ido transformándose en algo mucho más popular y festivo. La religión -como también pasa en muchas de nuestras celebraciones occidentales- ha ido quedando en un segundo plano. Es ahora, una fiesta de alegría, de celebración de la primavera en la que el color de la piel de la gente se confunde. En India, las castas se mezclan para celebrarlo conjuntamente y dejar -aunque sea por un día- las diferencias por color de piel. Y es que al final, todos quedamos pintados de todos los colores. Una bonita forma de igualarse y eliminar distinciones por colores o clases…
La dinámica de la fiesta es sencilla. La asociación Holi Barcelona, se encarga de reunir las asociaciones culturales de la ciudad y preparan un espectáculo de bailes al más puro estilo bollywwod. La música tradicional modernizada, los ritmos pegadizos y muy animados, arrancan al público a bailar, a mover las manos y seguir las coreografías como si del público de un cine de Bombay se tratara. Mientras tanto, y en dos momentos de la fiesta, nos deseamos todos un feliz Holi lanzando al aire el polvo coloreado -llamado gulal- y creando una catarsis colectiva de alegría, música y buenas vibraciones.
El acceso es gratuito. Lo único que hay que pagar son las bolsas con los colores e ir vestido con al menos camiseta blanca, para resaltar aun más los colores sobre la ropa.
Durante el día hay también talleres, y actividades para los niños, clases de baile..etc. Aunque el acto comenzó con un considerable retraso, el sol y la buena disposición de todos los asistentes a pasarlo de la mejor forma posible, hicieron de la fiesta un éxito de los grandes. Además, se hacen dos lanzadas de colores al aire durante el día, para que te lo organice y no te quedes sin poderlo disfrutar. Una por la mañana y otra por la tarde. De todas formas, la euforia y la música animan al público a ir lanzando los polvos de colores a todas horas.
Sea como sea, la verdad es que la experiencia de Barcelona -que seguro no es como la original en India– es una fiesta de alegría, buen humor y cultura muy grande. Toda una sorpresa haber conicidido y poder participar en ella, aunque haya sido casi por casualidad.
Si quieres más información para el próximo año, Holi Barcelona tiene una web muy completa con todo lo que necesitas saber.
5 comentarios
Que bueno!! Ni me enteré que se celebraba. Hubiera ido, claro.
Saludos
Pues ya sabes Gildo, toma nota y el próximo año a la fiesta!
Me encantaaaaaaaaaaaaaa!!!! es una pasada, tomaré nota ya que no sabía dónde y cuando lo hacían!!
[…] otro día te escribía sobre el festival Holi que se celebró en Barcelona. Tras unas cuantas horas y sudores peleándome con el programa de […]
[…] otro día te escribía sobre el festival Holi que se celebró en Barcelona. Tras unas cuantas horas y sudores peleándome con el programa de […]