Kasbah en ruinas.

Kasbah en ruinas.

Si hay algo que te sorprende viajando por Marruecos, es su luz y el contraste de colores y paisajes. En ocasiones,  el árido color rojizo de las montañas se interrumpe de pronto con el intenso verde de la vegetación de un oasis. Uno de esos lugares es  el valle Kelaa M’Gouna, o también conocido como Valle de las Rosas.

El valle de Kelaa M’Gouna es conocido precisamente por el cultivo masivo de las rosas para diversos usos. Se dice que los rosales tienen origen en alguna caravana que venía de La Meca hace ya muchos siglos (según cuentan, porque a alguien se le debieron caer semillas de rosal a su paso por el oasis). Hoy en día su cultivo cubre grandes extensiones y es el medio de vida de muchas familias de la zona. En el valle celebran sus fiestas alrededor de la cosecha de rosas a finales de abril o principios de mayo. Si puedes coinicidir con ellas hazlo, porque nos contaron que vale la pena verlas.

Puñado de pétalos que una mujer me regaló y que aromatizó el coche durante el camino.

Puñado de pétalos que una mujer me regaló y que aromatizó el coche durante el camino.

Los pétalos de rosa se utilizan para fabricar agua de rosas principalmente, jabones y cosméticos. En el pueblo de Kelaa, puedes encontrar algunas tiendas dedicadas a la producción y venta. Si lo pides, y con un poco de paciencia por el tema idiomático, te explican cómo es el proceso de destilado.

Jabones y productos de cosmética a base de aromas de rosas.

Jabones y productos de cosmética a base de aromas de rosas.

Para cada 100kg de rosas, 100 litros de agua.

Para cada 100kg de rosas, 100 litros de agua.

Antes de adentrarte en el valle, sube hasta el mirador junto al hotel Kasbah Itran, para observarlo en toda su magnitud. Verás las kasbah, en ruinas, semi abandonadas o  reconvertidas en hoteles, sobresaliendo de entre la vegetación, el contraste de colores le da al paisaje un aspecto sorprendente.

Vista del Valle de las Rosas.

Vista del Valle de las Rosas.

Kasbah de Kelaa M'Gouna.

Kasbah de Kelaa M'Gouna.

Carro que sirve de anuncio de una Kasbah reconvertida en hotel de cuatro estrellas.

Carro que sirve de anuncio de una Kasbah reconvertida en hotel de cuatro estrellas.

No muy lejos de allí,  nos paramos para intentar conocer más de cerca el trabajo de recolección de las rosas. Como suele ser habitual en son las mujeres las encargadas de hacer los trabajos del campo. Para observar la actividad de estas mujeres, puedes adentrarte por los campos sin problema. Nadie te va a decir nada siempre y cuando respetes las plantas y cultivos.

Las mujeres marroquís no suelen dejarse fotografiar por tradición. La fotografía en estos casos es un tema delicado, así que respeta si no te permiten hacerlo. Recuerda que una sonrisa suele  resolver una situación incómoda de este tipo.

Recolectora de pétalos de rosa.

Recolectora de pétalos de rosa.

Los campos de cultivo no son terrenos claramente delimitados y combinan el cultivo de cereales con el de los rosales, distribuídos a su alrededor entre una eficiente red de canalizaciones para asegurar el riego.

Cultivos de cereales rodeados de rosales.

Cultivos de cereales rodeados de rosales.

Las mujeres se encargan tanto de limpiar de malas hierbas de los cultivos como de recolectar los pétalos de rosa antes de que se marchiten. Las hierbas se recogen son para utilizarlas como forraje para los animales.

Hierbas para forraje de los animales.

Hierbas para forraje de los animales.

Tras llenar sus fardos de pétalos, los cargan hasta el comprador, quien paga aproximadamente 13 Dh el kilo de pétalos. Posteriormente, se venderán al mayor a quienes destilan el agua de rosas para luego producir cosméticos, perfunes y aceites esenciales. Gran parte de este agua de rosas destilado, se vende a compañías de perfumes extranjeras.

Comprador de la cosecha.

Comprador de la cosecha.

Ahmed, nuestro guía preparándonos el té.

Ahmed, nuestro guía preparándonos el té.

En aquel punto, y como es normal, aprovechamos para tomarnos un té con los hombres que allí se encontraban antes de retomar nuestro camino hacia el Atlas y las gargantas del río m’Goun.

 

 

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14 comentarios

  1. 7 junio, 2012 a 17:40 — Responder

    No conocía el valle, lo voy a tener en cuenta para cuando pueda ir de una vez por todas a Marruecos :)
    Me imagino que el olor a rosa debe estar por todas partes!

    Saludos

    • 7 junio, 2012 a 18:31 — Responder

      Hola Elena,

      el olor a rosas se nota sobre todo por la noche. Íbamos por la carretera de camino al hotel y el olor estaba presente, como si hubiera un enorme ambientador de rosas …
      No dejes de visitar Marruecos, a mí me sorprendió y me ha gustado mucho. Tendré que volver.

      un saludo!

  2. 7 junio, 2012 a 20:58 — Responder

    Todavía no he visitado Marruecos aunque me gustaría mucho hacer una rutilla por allí. La verdad que este valle de las rosas del que hablas en este artículo parece un lugar muy auténtico y tranquilo, no me importaría pasar unos días por allí..

    Un saludo,
    Sonia.

  3. 8 junio, 2012 a 22:40 — Responder

    El alojamiento al que hace referencia el reportaje, es nuestra pequeña Kasbah, «Kasbah Itran» situada en pleno valle de las Rosas. Nos podéis encontrar a través de nuestra web: http://www.kasbahitran.com

    Saludos.

    • 11 junio, 2012 a 7:26 — Responder

      Hola Ángel, lástima que no pudimos pararnos más tiempo y disfrutar de las vistas desde vuestra kasbah. Tenéis un emplazamiento privilegiado.

      Un saludo.

  4. 21 junio, 2012 a 7:12 — Responder

    Cuanto más veo más ganas le tengo. De hecho, hace un año compramos hasta una guia…. para acabar terminando en Vietnam, jajaja.
    Hay que reconocer que el viaje os dio mucho de si, por lugares no tan conocidos además. Otra vez será!

    Un abrazo!

    • 21 junio, 2012 a 7:19 — Responder

      Pues nada Guisantes, lanzaros y a descubrirlo. Si os decidís avisadme que os paso algunos contactos de la gente que nos han movido de un sitio para otro y veréis cómo os encanta. Vietnam no es moco de pavo… jeje

      un saludo!

  5. […] un viaje de 10 días fuera del periodo vacacional de verano, pero este año ha sido diferente. El curso de fotografía en Marruecos me ha descubierto el país vecino y me ha abierto el apetito para repetir en breve. Además (quizá […]

  6. Mª Dolores Mejido Guerra
    18 octubre, 2013 a 17:29 — Responder

    conozco varias ciudades y me encanta MARRUECOS y tengo muchas ganas de conocer una serie de desiertos ,que solo los conozco por libros,para mi algo maravilloso y distinto al resto del mundo .

  7. […] Marruecos de hace ya un tiempo. Un atardecer en un lugar indeterminado de la carretera de camino al valle de las rosas -creo recordar, aunque no es lo importante del asunto. Paramos el coche en un lado de la carretera […]

  8. 10 febrero, 2014 a 19:02 — Responder

    […] Marruecos de hace ya un tiempo. Un atardecer en un lugar indeterminado de la carretera de camino al valle de las rosas -creo recordar, aunque no es lo importante del asunto. Paramos el coche en un lado de la carretera […]

  9. j.frutos
    25 febrero, 2014 a 13:30 — Responder

    Buenos días JD.

    He estado varias veces en marruecos, y me gustaria visitar e valle de las rosas. Necesito saber si es posible recorrerlo en moto custom, tranquilamente, relajado y sin prisas. Tambien me gusta la fotografia, por lo que me gustaria saber si hay buenas perpectivas para ello.

    gracias y un saludo.

    si necesitas saber mas sobre mi. en faacebok juan andujar sanchez

    • 26 febrero, 2014 a 14:30 — Responder

      Hola j,

      te cuento, recorrerlo en moto es factible, pero una cierta preparación necesitas seguro. La parte del Atlas, por supuesto es muy espectacular, incluso para fotografiar. Marruecos es un país perfecto para la fotografía, aunque tienes que tener en cuenta que las mujeres no suelen dejarse fotografiar y es o hay que respetarlo. Los hombres, tampoco son muy dados al tema y en las ciudades incluso alguien te puede pedir dinero por ello. Yo en estos casos… a otra cosa y santaspascuas.

      Ya me dirás si te animas a recorrerlo en moto!

      Un saludo!

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