Nunca antes había tenido miedo a volar. Yo era de los que despegaba ya dormido en mi asiento del avión. Pero las personas cambiamos. Sin avisar, de pronto como cuando te entran ganas de estornudar, empecé a sentir un miedo irracional al vuelo. Los ruidos, las fantasías que había en mi cabeza y la inseguridad de no conocer de la misa la mitad sobre los aviones, acabaron por hacer algunos vuelos insoportables. Había que ponerle remedio y encontré la solución.
Sin dudarlo y tras ponerme en contacto con los organizadores, me apunté a hacer el curso para perder el miedo a volar. Fue un intercambio comercial para que yo contara aquí la experiencia (libre) sobre el curso. Y eso es lo que hice. Me fui a Madrid en el que fue mi último vuelo con miedo.
Yo tenía miedo a volar, un miedo irracional aun no sé porqué causas, pero lo tenía. Otras muchas personsa que hicieron este curso conmigo presentaban cuadros mucho más agudos que el mío. Personas que sufrían hasta el extremo de no poder subir al avión o necesitar de fármacos para poderlo hacer. Todos nos parecíamos en algo, eramos fabulosos controladores en nuestras vidas. Ahí estaban las causas de nuestro problema: el control y nuestra imaginación.
Las charlas y clases prácticas con el simulador de vuelo (este es el único curso que las incluye) son la herramientas definitivas para darte las claves a tu pensamiento. Todo empieza en tu mente, y todo puede acabar ahí si practicas y aplicas los razonamientos que aprendes en el curso. No hay fórmulas mágicas, es cuestión de concentración y pensamientos razonados en base al conocimiento en aeronáutica. Noy hay más secreto.
Te aseguro que tras el curso, todo ha cambiado. Sigue sin gustarme volar, pero ya no lo paso mal. Incluso llego a disfrutar del vuelo. Las turbulencias ya no me parecen tan terribles. La práctica y los razonamientos hay que aplicarlos siempre, pero todo es mucho más agradable y llevadero.
Ahora volar, vuelve a ser parte placentera de mis viajes.
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