Perder la cartera es de lo más fácil que te puede suceder mientras estás de viaje. Y a mí me sucedió en Bangkok en mi viaje por Tailandia, Malasia y Singapur. Una ciudad nueva, gentes y situaciones a las que no estás acostumbrado propician momentos en los que es fácil que pierdas de vista tu cartera. El caso es que mi cartera, o bien se quedó en el hotel, o bien se me cayó, o bien lo que sea, se separó de mi durante dos horas. Cuando lo descubres, una sensación de pánico y desasosiego se apodera de tí, el valioso objeto que ahora te falta es la mitad de tu vida… ¡y lo has perdido!
Vodeviles a parte, no es habitual recuperar la cartera si te la roban, pero en mi caso así fué. Incluso quien la encontró, la devolvió con toda la documentación a la recepción del hotel y tuvo el detalle de dejarme 600 THB de los 3600 THB que llevaba en ella. En Tailandia son majos hasta para eso. El caso, es que en la cartera llevaba más tarjetas de crédito de las que son recomendables, porque las había utilizado para comprar unos billetes de avión. El mayor peligro al perder las tarjetas, es que te las puedan duplicar o utlizar por internet y fundirte una buena cantidad de dinero. Muchas entidades aseguran estos fraudes, pero no todo está asegurado en la letra pequeña y te pueden complicar el viaje.
Si no has recuperado tus tarjetas
Antes de hacer nada, plantéate si necesitas comprar algún billete de tren o avión para seguir tu viaje. Si has sido previsor, no necesitas tener tus tarjetas en la mano para comprar un billete de avión (cuidado con las compañías que piden la tarjeta física para poder hacer el checkin y embarcar). Después, las hayan utilizado o no, no te queda otra que llamar a Visa y bloquearlas.
Si has recuperado tus tarjetas, ¡quieto!
Según cómo te lo tomes, te puede dar un subidón de pánico al pensar en tu ruina económica, el fracaso de tu viaje o cosas peores… Respira, aunque no tengas la seguridad de que no hayan hecho nada con ellas. Hay que actuar rápido, pero precipitarse y anular tarjetas te puede llevar a auto bloquearte económicamente y poner en peligro tu viaje. Si tienes los límites de las tarjetas bien definidos, el peor de los casos, tampoco es tan malo.
Tienes tus tarjetas en la mano, pero siempre existe la sospecha de que las puedan haber utilizado o duplicado. Lo primero que puedes hacer es revisar cuales son tus medios de pago actuales y tu dinero en efectivo. ¿Puedes sobrevivir un par o tres de días sin ellas? Luego llama a Visa (para eso tienes que tener el teléfono apuntado en algún sitio, no lo olvides) y no te lances a bloquearlas de buenas a primeras. De esta forma te aseguras dos cosas:
- Dejas constancia de que has tenido una incidencia con tus tarjetas y ante un cargo no autorizado, posterior a tu llamada, se podrá anular fácilmente.
- Compruebas si ha habido algún cargo no autorizado en ellas y cuál es la magnitud de la tragedia.
En este punto, puedes encontrarte en dos situaciones. La primera es que te hayan hecho o no, cargos pero dispones de suficiente dinero u otros medios de pago como para prescindir de la tarjeta implicada. En tal caso, bloquéala sin más.
Si por el contrario, no tienes medios de pago suficientes (dinero en efectivo, moneda de tu país, cheques de viaje…etc), pero tienes tus tarjetas reencontradas, de momento no bloquees nada. Comunica a Visa que vas a intentar utilizarlas para sacar el máximo de efectivo que puedas desde el cajero. De esta forma, te aseguras el efectivo suficiente para tirar unos días más. Tampoco te cargues con una fortuna en efectivo encima, a ver si el remedio va a ser peor que la enfermedad. Una vez tengas una cierta cantidad de dinero, entoces, bloquea tus tarjetas extraviadas.
En cualquier caso, si puedes, no anules las tarjetas, sólo bloquéalas. Nunca sabes si vas a volver a necesitarlas para una emergencia. Una tarjeta bloqueada, se puede desbloquear en caso de necesidad. Nunca destruyas tus tarjetas. Hay sitios donde la forma de pago no es inmediata y no es necesario ni que la tarjeta esté activa para poder utilizarla. Tengo un amigo que usó durante meses su tarjeta de débito bloqueada para pagar los peajes de la autopista… De todas formas, esta opción sólo para las situaciones desesperadas. Pagar con la tarjeta bloqueada, hace que alguien se quede sin cobrar.
¿Cómo solucioné mi problema de cash?
Tuve que bloquear mis tarjetas. Estaba sin efectivo suficiente, me encontraba en mi día 12 de viaje y me quedaban otros 20 hasta llegar a Singapur. Mi intento de sacar dinero del cajero había fracasado, porque mis tarjetas de crédito no funcionaban. Era obvio que las habían manipulado.
Fue ahí donde la tarjeta de emergencia entra en escena. En este caso fue la de débito, que llevaba fuera de la cartera. Llevar siempre una tarjeta escondida en otra parte del equipaje es el mejor plan B. Al ser una tarjeta de débito no llevaba dinero suficiente para 20 días de viaje, por lo que tuve que ir haciendo transferencias desde internet, según iba necesitando dinero, para sacarlo luego en los cajeros. Al ser la última tarjeta válida que me quedaba, ya no pude arriesgarme a llevarla más en la cartera, ni a usarla en ningún establecimiento y correr el peligro de que me la duplicaran. Pero aún y así, me salvó el viaje y pude llegar (no sin apuros) hasta Singapur, donde pasé el mayor de los apuros para pagar por adelantado mi estandia en el Hotel Marina Bay Sands, pero eso ya te lo contaré otro día.
No te olvides de que siempre puedes pedir una transferencia por Western Union o similar a tu familia, aunque puede tardar uno o dos días. Cada situación es diferente, y siempre hay alguna forma de solucionar el problema.
Que el incidente no te estropee el resto del viaje. Aprende de la situación y sigue adelante.
Antes de salir de viaje ten claro qué tarjetas te vas a llevar y cómo vas a utlizarlas.
2 comentarios
Que bueno que al final resolviste con tu incidente de la cartera. Personalmente, nunca me ha sucedido pero igual de solo pensarlo me da un pánico mental de saber como proceder ante un suceso como perder la billetera.
Sí bueno, y el apuro no te lo quita nadie. Lo importante es que siempre hay una solución. Sólo hay que querer encontrarla y aceptarla…
un saludo!