Mañana de Navidad, 25 de diciembre. He cometido el error de abrir la edición digital de algún periódico… Un golpe rápido de titular por el mundo (una forma bastante absurda de viajar por las desgracias del planeta) y apenas encuentro nada que abra una brecha para reforzar la esperanza en todo lo que nos rodea.

Aparte de esta sesgada e incompleta visión del mundo en 8 titulares catastróficos (y con ayuda de un cafelito en el único bar abierto que he encontrado en el barrio) me ha saltado, desde un rincón, una noticia que rezaba El vídeo de un turista con gorilas salvajes da la vuelta al mundo. ¿Turista?… ¿gorilas salvajes?, ¿vuelta al mundo?… y lo he abierto.

Foto: National Geographic

Como era de esperar, el titular era algo sensacionalista. Dar la vuelta al mundo con un vídeo, es hoy en día bien fácil. Encontrarse con gorilas en un parque nacional de Uganda ya no tanto (aunque pasan por él habitualmente de camino a su destino migratorio estacional, creo), y por lo que se ve en el vídeo, están bastante acostumbrados a cruzarse en su camino con algún turista. Pero lo he visto entero, hasta el final, y son los últimos minutos cuando he encontrado un cierto sentido a lo que estaba viendo.

El turista en cuestión, pasa un rato inmóvil mientras una familia de gorilas (que aunque se muestran adorables,  tienen que ser de aupa de mal humor) le inspeccionan con curiosidad. Sin duda lo reconocen como gorila, pero saben que es diferente a ellos y que hay algo interesante a descubrir en él. Dejan que los pequeños se acerquen y le conozcan, le huelen, de miran, le tocan. Curiosidad y respeto entre el animales. Y me pregunto… ¿Hasta qué punto los gorilas no son más que turistas que hacen una parada en un lugar turístico  donde descubrir una realidad diferente a la que están aconstumbrados?

Foto: Daily Mail.

En la actitud de los gorilas, he visto lo que muchas veces el hombre, durante sus viajes no es capaz de hacer. Estar, observar e intentar entender el contexto en el que se encuentra, dejándolo tal y como lo ha encontrado. La familia de gorilas (fijo que de vacaciones) encuentra en su camino un extraño gorila medio negro medio blanco y con poco pelo. No le molestan, no le hacen hacer actividades peligrosas para divertirse a su costa, no le obligan a servirle en un trabajo  poco digno o mal remunerado, no le someten a una relación de superioridad simplemente por tener una moneda más fuerte o un físico más impresionante que obligue al hombre a darse golpes en el pecho para hacerlos sentir como en casa…

Foto: Daily Mail.

Tras una breve parada (como quien para a ver el Coliseo, la torre Eiffel o un poblado Masai africano) la familia gorila  continúa con sus vacaciones…

Dentro de su curiosidad, la familia de gorilas repeta su hallazgo. Y sin duda, ha dejado al turista una enriquecedora experiencia y seguramente, le contará a los suyos (como ya ha hecho el hombre con este vídeo) que en su viaje, han conocido a otros gorilas, diferentes a ellos, que viven en remotos lugares y con los que comparten mucho más de lo que no se habían imaginado jamás.

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