Aquí empieza mi reciente viaje al sudeste asiático por Tailandia, Malaysia y Singapur: Volando. Bueno el viaje ya comenzó hace mucho tiempo, desde que empecé a planearlo todo y a preparar las cosas, incluso cuando hice la mochila a modo de ensayo.

Embarcando rumbo a Bangkok.

Como siempre procuro hacer, compro los vuelos de largo recorrido con mucha o bastante antelación. Acaba saliendo más barato, y te permite elegir tu asiento con comodidad. No dejo que pase el mes de abril y ya tengo mis billetes. En esta ocasión pude descubrir el servicio de Qatar Airways, y me gustó. Además, las condicones de cancelación, no show o cambio de fechas son asequibles y te da una cierta tranquilidad ante imprevistos. Se nota cuando una aerolinea no tiene que rebajar costes por el coste del petroleo… Qatar es productor de petroleo, y eso se nota, porque tienen más margen para invertir en la calidad del servicio.

Autoservicio de vídeo y música individual para cada pasajero.

Quizá lo que mejor va para los que nos gusta poco o nada volar, es el autoservicio que tienes en tu propio asiento: más de 1000 películas, series, música, documentales… etc.  ¡Todo un invento para que se te pasen las horas… volando! (madre mía, qué chispa tengo…) En este vuelo tuvimos bastantes turbulencias, y reconozco que tener la película de Kung Fu Panda o la que sea ayuda a distraer la mente, se agradece. Bueno, el vino y la valeriana también ayudaron lo suyo…

La comida también destaca por su calidad.

En el aeropuerto de Doha (la capital de Qatar) llama la atención, primero por el bochorno que notas al porner el pie fuera del avión, y luego por su zona Duty Free. Que te apetece comprarte un coche, pues te lo compras, aunque no se si te lo llevas puesto como equipaje de mano o tienes que facturarlo…

Zona de compras libres de impuestos del aeropuerto de Doha.

Un punto a favor, es que dispone de 2 zonas gratuitas con wifi y varios ordenadores conectados a internet de forma gratuita. Muy útil para ultimar detalles de reservas, correos y demás.

Wifi y ordenadores gratuitos para conectarse a internet.

Para que el vuelo me saliera más barato (837 €), hay que hacer escala sí o sí . Y si te lo organizas bien, tampoco es tan dramático. Pues yo me lo organicé fatal. El stopover (la escala) duraba 8 horas y pico, demasiado poco para ir a la ciudad o cogerme un hotel, así que me quede deambulando por ahí.

Área de espera de las puertas de embarque.

En el aeropuerto existen 2 salas con sillas-cama para dormir, pero son insuficientes y estaban llenas. Y empezar mi viaje con un conflicto religioso estirándome a dormir en la mezquita, no me pareció lo más correcto. Además, eso tampoco es garantía de que te despiertes a tiempo.

El caso es que la noche se me hizo interminable. Cuando viajas solo, casi lo peor que puedes hacer es tener horas muertas sin nada que hacer en una sala de aeropuerto esperando a embarcar, porque no tienes a nadie que te despierte y yo siempre temo dormirme. Y así me pasé las 9 horas, despertándome a cada rato para revisar el reloj, cambiar de postura (limitadas por otra parte) y desear que llegara la hora maldita. A punto estuve de pegarme en la frente una hojita de papel con la hora a la que me tenía que despertar.

Simulación de la situación (la foto me la tomé yo mismo de puro aburrimiento)

La próxima vez, pagaré los 40 dólares que vale la sala Lounge, en la que tienes duchas, bebidas, asientos cómodos y te despiertan a la hora para poder embarcar a tiempo en tu vuelo. Hay cosas en las que no vale la pena ahorrar tanto.

Finalmente, y con la espalda hecha un ocho, embarcamos y ponemos rumbo a Bangkok, con previsión de más turbulencias. Las películas, el vino y el hecho de no haber dormido más que un par de horas hacen que las turbulencias se noten menos (es un fenómeno de la naturaleza que seguro se puede demostrar científicamente).

La ruta seguida tras pasar por India hacia Bangkok (Tailandia)

Poner los pies en Bangkok no tiene mayor complicación que la de seguir los carteles azules para pasar los trámites de inmigración. Cuando llegues a la sala en cuestión, verás multitud de colas para los extranjeros.

Aeropuerto de Suvarnabhumi. Las indicaciones azules te guían hasta inmigración.

Te recomiendo que pases hasta el fondo de la sala (a la parte izquierda), porque esas colas suelen tener menos gente. Para ahorar tiempo lleva tu hoja de inmigración rellena o te mandarán sin piedad (pero con una sonrisa) al final de la cola otra vez. Te graparán una parte de esta hoja en tu pasaporte hasta que salgas del país. No vayas a perderla o tendrás problemas para salir. Justo después del trámite, detrás mismo puedes recoger tu equipaje, en la cinta que indica cada monitor para cada vuelo.

La gran sala con las colas de inmigración. En asia se hacen las cosas a lo grande.

Por fin estaba en Bangkok, eran las 19:30h y no tenía alojamiento para esa noche porque mi contacto de Couchsurfing había tenido que cambiar planes a última hora por causa de su trabajo. Se preveía una primera y cara noche de hotel en Bangkok (para empezar a destrozar mi presupuesto) pero el hecho de pisar por primera vez Asia y descubrir toda una nueva realidad, pesaba mucho más que la lluvia que me caía encima, el tremendo bochorno de la ciudad y las ratas como conejos que correteaban entre las bolsas de basura de la calle.