Moverse por Pekín ciudad no es especialmente complicado. Lo único que puede suceder -como me pasó a mi- es que coincidas con gente poco dispuesta a ayudarte. Por lo demás, todo tiene solución.
Para empezar ten en cuenta que, como en muchos otros lugares, hay taxis legales y taxis ilegales. Los legales llevan una raya amarilla horizontal que cruza toda su carrocería. Los ilegales -algunos también con la raya amarilla- suelen ser de color negro. Parece que últimamente no hay una regla clara, así que puede ser cuestión de suerte. Coger un taxi ilegal, no es sinónimo de engaño o peligro, pero hay quien prefiere siempre uno legal.
En Pekín, ten en cuenta que un taxi libre no lleva la luz verde encendida, si no la de color rojo. Y uno ocupado, la de color verde. Sí, contradictorio como lo que más, qué quieres.
Encontrar un taxi disponible en Pekín no siempre es tarea sencilla, ni de día ni por la noche. En esto influyen algunos factores, que hasta que no te los cuentan, no te explicas el porqué de la dificultad:
- Los taxistas no suelen parar para recoger extranjeros, al menos fuera de zonas turísticas. Excepto cuatro sitios, Pekín no es turístico en absoluto. Para muchos, un extranjero es fuente de problemas -según el adoctrinamiento del gobierno, claro.
- Muy pocos taxistas saben hablar inglés o comunicarse oralmente en otra lengua que el chino o uno de sus dialectos.
- Muchos no leen el chino escrito. A veces, de nada te sirve llevarlo todo bien escrito en un papel. Simplemente es debido a que muchos provienen de zonas rurales y no saben leer.
- Otros tantos no saben dónde están las cosas. En el país que fabrica la tecnología más avanzada no se usa el GPS para esos menesteres. Tampoco se estila llevar una guía o plano en papel. Si no conocen el sitio, tampoco se preocupan de averiguar dónde está. Simplemente te darán por respuesta un fastidioso Ne ne ne!
- La frase Ne ne ne! seguido de un ondulado de mano a modo de gesto de despedida sin acabar de estirar los dedos de la mano, será una de las frases que más llegarás a odiar durante tu estada en Pekín. La usan para decirte no te entiendo o no te puedo ayudar o simplemente paso de ti como de comer mie…
- Otros en cambio -que los hay- se esforzarán y preguntarán a quien haga falta para llevarte a tu destino. El que me rescató de la nada cuando llegué a la ciudad, incluso paró el taxímetro tras 20 minutos dando vueltas para encontrar el hostel al que me dirigía.
Si consigues un taxi, el taxista te ha entendido a dónde vas – que también puede ser que a mitad de camino te diga que en realidad no sabe a dónde te está llevando y te haga bajar del taxi- debes pedirle que ponga en marcha el taxímetro. Habitualmente lo ponen siempre, pero ya sabes… siempre hay listos. Los 3 primeros kilómetros son 10 yuanes o así, y luego cada 2 kilómetros otros 2 yuanes. Hay algunos recargos por la noche y esas cosas, pero por lo general, moverse en taxi no es caro en Pekín.
Si haces el trayecto entre el centro y el aeropuerto el importe rondará los 80 – 90 yuanes.
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