Durante mi estancia en Puerto Colombia, me hospedé en la posada La Montañita. Su dueña, Doña Rosa (o Rosalía, no recuerdo bien) vive en Maracay, pero mantiene, por ahora la posada.
Antes tenían restaurante, pero lo cerraron debido a la mala gestión y el trabajo que les daba. La casa, es la más cuidada y arreglada de todo Puerto Colombia.
Es una posada sencilla, cuidada, reflejo del mucho amor que ella y su marido le fueron imprimiendo en cada detalle durante años de construcción. Empezaron de cero, con apenas unas pocas habitaciones que fueron ampliando con el tiempo. Según me explicaba ella misma, la vida en aquel pueblo no era para ella, aunque durante 30 años, la ilusión y el trabajo con su marido les habían mantenido allí.
Su voz denotaba tristeza y mucha nostalgia cuando me contaba que hacía apenas un año (eso en el 2009) había fallecido su marido. Desde entonces, toda la ilusión, el trabajo y la energía positiva que representaba la posada, se había convertido en todo lo contrario. Cada rincón era un recuerdo, cada mueble, cada lámpara que habían colgado juntos…
Este era el motivo por el que tenía la posada en venta. El precio, debía ser incalculable para alguien como ella que la había construido con todo el amor y trabajo del mundo junto a su marido. Pero en realidad estaba a la venta por 2.400.000 BSF. Apenas 300.000 €. No era mucho teniendo en cuenta su tamaño y la caliad de sus estancias.
Es curioso cómo cambia la perspectiva de la ilusión de toda la vida, según si la compartes o dejas de compartirla con la persona que más amaste en la vida… A menudo recuerdo a Doña Rosa, (que me cuidó mientras estaba indispuesto después del viaje kamikaze en taxi desde Maracay) y pienso ¿qué habrá sido de ella y su posada?
8 comentarios
HOLA ME ENCANTO TU VIAJE YO ESTUBE TAMBIEN AY POR OTROS MOTIVOS PERO TODO LOQ RELATAS LO PASE ALGO PARECIDO YA FUI DOS VECES AUNQ SOLO POR 8 DIAS CADA VIAJE
ENCANTADO POR TU RELATO UN SALUDO
Hola Rafa!
gracias por leer mis historias y encantado de que te gusten! Ya sabes que Venezuela me encantó y seguro que volveré. Espero volverte a ver por aquí!
Saludos.
Pues te cuento que si vendio la posadita….. Ahora es de otra pareja, el Sr. Luis Rodriguez y su esposa la Sra. Norma..la han mantenido con tanto amor como el que rosa le dio…y hasta ahora ofrecen variedad de menus en su restaurante (incluyendo vegetariano….)y aun se respira ese amor de añoranza pero con buenas energias!
Qué me dices Angie!
en serio? que bueno saber que la posada sigue sirviendo y creando buenas energías. Espero que Rosa esté feliz y que los nuevos propietarios la disfruten tanto como lo hizo ella junto a su marido. Qué bueno que abrieran de nuevo el restaurante, le hacía falta. Me parece que voy a tener que volver algún día por allí.
Gracias por la información!
hola, necesito que me faciliten el numero de la posada la moñita, gracias!
Hola Franklin,
por lo que sé nohace mucho ha cambiado de dueños. Mira a ver si el teléfono de su página está actualizado:
http://lamontanitachoroni.blogspot.com.es/
un saludo!
Hola JD me encanto lo que escribiste, si, en realidad la posada continua en venta, si, fue motivo de esfuerzo de toda una familia y el lugar esta lleno de recuerdos de nuestra infancia e incluso los matrimonios de sus hijas. La señora se llama Norma, lo sé no es un nombre muy común. Y ella tiende a ser madre de todos los que le necesitan sobretodo si están malitos! La posada y la casa antes de ello han pertenecido siempre a la familia Rodríguez antes de fallecer la señora Clara Rosa Plessman de Rodrigues en el año 1988 pasamos muchos momentos divertidos de la infancia luego como familia emprendedora se decidió convertirla en hotel y como dices se fue creando poco a poco la posada. Dicen que el papel aguanta todo lo que escriban y prueba de ello son ciertos comentarios a los que les falta base e información.
Soy hija y fundadora de los dueños de ese rinconcito….
Maria Eugenia, Muchas gracias por tu comentario. Me ha emocionado descubrir que este escrito haya llegado hasta tí. Fueron unos días muy bonitos y la señora Norma me ayudó mucho a sentirme como en casa. El amor y dedicación está en todos los detalles de la casa. Agradecido de saber de tí y espero todo os vaya muy bien. Espero poder volver algún día…