Fue en nuestro reciente viaje por Baja California Sur, que un buen día, buscando el centro histórico de San José del Cabo, decidimos coger un autobús interurbano. Según las indicaciones, el sitio no debía tener pérdida, pero sí la tenía. Cuando te mueves en bus por pueblos que no conoces, nunca sabes cuando bajarte y si lo haces en el sitio adecuado.
El caso es que tras mucho alejarnos de lo que al día siguiente descubrimos era el centro histórico, decidimos bajarnos en un lugar de la carretera donde nos pareció estaba el centro del pueblo. Obviamente, no era así. Allí perdidos en una carretera polvorienta en obras con un cierto sofoco y sensación de habernos perdido, nos dio la hora de comer. El desayuno de pobre que nos habíamos tomado en la habitación del hotel en Cabo San Lucas, había desaparecido de nuestros estómagos.
Teníamos varias opciones, y no sé porqué, yo tenía un tanto la fijación de comer marisco, porque nos habían dicho que por allí se comía muy bien. Claro, que no se referían a aquella zona en el que nos encontramos.
Finalmente tropezamos con un lugar junto a la carretera. Un ¿restaurante? ¿puesto de carretera? ¿un cuarto con nevera y sillas? Todo ello a la vez, sencillo pero bien puesto, con el peculiar nombre de Mariscos Patricio, y decorado, como no podía ser de otra forma, con el dibujo del amigo rosado de Bob Esponja -Patricio- en un cartel de la puerta. Pues allí que nos metimos.
En una nevera con hielo, el buen hombre tenía todos sus ingredientes y nos preparó un ceviche de pescado en salsa y otra copa con un salpicón de marisco con pulpo, gambas y alguna otra cosa más.
Pues no estaban mal aquellos mejunjes. Su precio, 90 pesos. Eso sí, la sensación de que muy posiblemente acabaríamos lamentando el atrevimiento gastronómico, era más que evidente. Pero ya que estábamos, pues a disfrutarlo.
Me llamó la atención la colección de diplomas y certificados colgados en la pared, como el de la constancia en la fumigación, la seguridad en caso de fuego, o el del curso de primeros auxilios básicos. Estábamos en buenas manos.
Patricio, quien da nombre a su propio establecimiento, nos atendió estupendamente y nos contó el secreto de una salsa que hacía él mismo con no sé cuantos ingredientes y de la que estaba la mar de orgulloso. También nos enseño algunas de las reliquias marinas que decoraban su local, como el pez globo colgado en el techo (apenas hacía unas semanas que lo habían pescado) y del que nos contó que para consumirlo hay que limpiar muy bien una parte de sus tripas porque puede ser mortal.
Yo para integrarme en la conversación le pregunté, tras un vistazo rápido a la pintura de la pared, que cómo era que sólo pescaban los miércoles. Me dijo que no era así, que le traían pescado todos los días, y es que en realidad el rótulo de la pared rezaba: Descansamos los miércoles. Ya ves en lo que estaría yo pensando…
Nos fuimos de allí tras la charla (no sin antes acaparar disimuladamente un buen puñado de servilletas por si se terciaba una urgencia) y nos desplazamos otro poco hacia lo que creíamos era el centro histórico de San José del Cabo. Que tampoco resultó serlo.
Contra todo pronóstico, no hubieron urgencias intestinales y la comida nos sentó de maravilla. Quizá porque acabamos de asentar el menú en la Taquería Margarita con unas coronitas y unos tequilas y ese picado de tomate, cebolla y cilantro con tortitas que son un vicio.
Mientras tanto, veíamos en la tele unos capítulos de una telenovela. El argumento en cuestión trataba de unas chicas adolescentes (princesas se llamaban ellas) que querían estar super divinas a base de no comer y todas esas cosas… un drama oiga que no sé porqué nos hacía bastante gracia y nos enganchó. Nos supo mal dejar aquella historia a medias…. Fue otro momento de esos improvisados e inesperados en los que estás literalmente en la gloria disfrutando de cosas sencillas. Uno de esos momentos que no tienen precio.
6 comentarios
Suertudo!!!!:-)
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Saludo!!!
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muy bueno
me encanta el articulo, ese tipo de comida local, es una de las mejores cosas, mexico sin duda ofrece una gran variedad gastronómica que he tenido la posibilidad de comer en mi ultimo viaje, acá les dejo web http://www.bestday.com.mx excelente para la compra de paquetes!!!
Que delicia Jotadé ¡Saludos desde Querétaro, México!