La hormiga atómica o yo mismo con un casco un tanto grande...

Alquilar una moto en el sudeste asiático es una tentación difícil de resistir. Principalmente necesitas un poco (o bastante) de valor y sentido de la aventura. Es una de las prácticas menos recomendables para los no iniciados y experimentados (como yo) en el caótico y desordenado trafico de algunos pueblos y ciudades de asia. Pero la verdad es que es una experiencia muy divertida e intensa.

Las posibilidades son grandes y económicas, que es la principal ventaja. Disponer de una moto durante uno o varios días a un precio muy reducido te planteará la duda sobre si merece la pena lanzarte a la aventura, por mucho que tu guía y algunos que lo han probado antes, te lo intenten quitar de la cabeza. Si eres de los que vas en bici, no creas que es lo mismo, porque para empezar los frenos van al contrario que en la bici, y eso yo lo descubrí después de 4 horas de conducir bajo la lluvia y usar el freno equivocado…

En mi caso, caí en la tentación, y caí tres veces. La primera para recorrer Chiang Mai hacia el Doi Suthep y la segunda para recorrer la isla de Langkawi (Malasia). La tercera vez caí, literalmente al salirme de la carretera en una de esas maniobras absurdas en las que te puedes encontrar por falta de práctica en la conducción de una moto. Así que si te lanzas a ello, ten mucho, mucho cuidado. No es como arriesgarse a comer un mango en la calle que lo único que te puede acarrear son unas horas de diarrea.

La oferta de modelos y tipos de vehículos es amplia.

Tipos y precios de motos

La reina de las motos son las scooters de 125 cc. que puede costarte a partir de unos 150 THB al día. Las hay automáticas y con cambio manual. No te compliques y cógela automática. El tráfico es suficientemente complicado como para estar pendiente del cambio de marchas. En algunos sitios, las hay de 75 cc pero son muy pocos. Las de 49 cc apenas existen. Por muy poco al día, también puedes alquilar motos de gran cilindrada, y te hablo de 600 cc y 1200 cc. Qué quieres que te diga. Tailandia no tiene carreteras ni autopistas para correr con esas cosas. Una moto de gran cilindrada es la mejor manera de terminar tus vacaciones antes de tiempo, y con suerte, en el hospital.

Documentación

Según el sitio, te pueden exigir el carné de conducir original (muy importante) y el carné de conducir internacional. Sobretodo si la moto es de 125cc. En otros no te pedirán nada o sólo el carné de conducir original. A mi me lo pidieron tanto en Tailandia como en  Malasia. Te harán rellenar una hoja y te pueden pedir que dejes el pasaporte. Ni se te ocurra hacer eso. No te separes nunca de tu pasaporte. Es tu única identificación válida en ese país. Lleva siempre una fotocopia en color y deja esta en su lugar.  Te pedirán un poco más de fianza (unos 2000 THB) pero no dejes nunca  el pasaporte. Si no lo aceptan, hay decenas de puestos donde alquilar una moto. Asegúrate de entender bien las condiciones y qué tienes que hacer en caso de accidente. Ten presente si tu seguro de viaje o mutua cubre un accidente por conducción de moto. No todas lo hacen y casi siempre en la letra pequeña se excluyen los accidentes por actividades peligrosas. Y esta es una.

Equipamiento

No siempre tendrán un casco a tu medida. Intenta que te encuentren uno, porque un casco grande o defectuoso no sirve de nada. El mío de Langkawi fue lo que me provocó el accidente. Pero es tan bochornoso que prefiero contártelo en otro momento. Cosas de la fauna salvaje…

Las motos no  siempre van equipadas con candado. Se bloquean y no hay más problema durante el día, pero me recomendaron que si la tenía por la noche, la dejara atada. Si no tienen cadena, no dudes en adquirir uno en un 7/11 o alguna tienda.

Como vas a estar viendo cosas, es muy útil que la moto pueda guardar el casco en su interior. Es algo imprescindible para no cargar con él todo el día. Un chubasquero por si llueve puede irte bien, aunque mojarte, tampoco es tan grave.

Recogida y devolución de la moto

Antes de llevarte la moto, no está de más que la revises, le enseñes todos los arañazos y piezas rotas que tenga, las luces… etc. e incluso que le saques fotos delante del propietario. En algunos sitios, intentarán que pagues por desperfectos que hicieron otros y que no pagaron. No te olvides de tu amabilidad y si hace falta cuéntale bien serio la historia de que en otro sitio intentaron cobrarte unos desperfectos que no era tuyos. No intentarán colarte nada, porque verán que ya estás al tanto de esa práctica. Te recomiendo que la pruebes antes de aceptarla y estés seguro de que te sientes cómodo en ella y todo funciona correctamente.

El propietario fijará una hora para devolver la moto. Procura ser puntual o podrá cobrarte el doble. En mi caso, la señora (muy maja por cierto) me permitió tenerla hasta el día siguiente por la mañana sin coste alguno, porque tenía que ir a comprar una cosa a la otra punta de la ciudad. Quizá vio que no me había estampado con toda aquella lluvia y decidió darme una segunda oportunidad para hacerlo…

No te olvides de apuntarte la dirección del lugar donde la alquiles,  que yo me pasé una hora para encontrar el chiringuito de turno. El número de teléfono por si tuvieras cualquier percance o llegaras tarde también puede ser muy útil.

La lluvia puede ser un inconveniente peligroso. Hay que ir preparado.

10 recomendaciones gratis:

• Elige cambio automático para evitar problemas y concentrarte en esquivar coches, en nada más.
• Casco a medida y que puedas guardar debajo del asiento para no tener que cargar con él.
• Luces e intermitentes en perfectas condiciones, así como el indicador de combustible.
• Candado o cable de acero para atarla por la noche.
• Si llueve, que suele hacerlo, no frenes bruscamente y menos con el freno de delante (el derecho) o la moto se te irá a la porra y tú,  detrás.
• No te fíes del tráfico local, son respetuososo pero agresivos en la conducción.
• El claxon es una herramienta para avisar, no para reprochar ni apremiar a nadie. No verás un tailandés enfadado ni recriminando las acciones más o menos torpes de nadie. Relájate.
• Ante la duda, te apartas en la acera y esperas a que el tráfico se tranquilice (¡ja!)
• No te descuides de la gasolina, no hay tantas gasolineras fuera de los núcleos urbanos y quedarte sin puede ser una experiencia bastante tonta (de la que no me privé de disfrutar yo en Langkawi)
• Piérdete en tus paseos entre el trepidante tráfico asiático y disfruta la sensación de paz que te queda al bajarte de semejante atracción de feria.