Todos los pueblos tienen algo de lo que presumir. Honnigsvåg no es una excepción. Está situado en el punto más al norte de la Laponia Noruega y es la puerta de entrada para visitar nada más y nada menos que Cabo Norte. Pero Honnigsvåg tiene mucho más para ver y hacer. El sol de media noche, safaris del cangrejo rey, su gastronomía… Honnigsvåg, acostumbrado a las bajas temperaturas del largo invierno -pueden llegar a alcanzar más de 10 grados bajo cero- coge fuerzas con la llegada del buen tiempo y pone toda la carne en el asador para vivir intensamente los meses de verano.

Visité Honnigsvåg ahora hace un año, gracias a la invitación de la oficina de turismo de Noruega en España. Si te interesa saber qué hacer y visitar en Honnigsvåg, te recomiendo que sigas leyendo.

Honnigsvåg acapara casi la mitad de la población de la isla de Magerøya que apenas cuenta con unos 5000 habitantes. Tiene el atractivo de esos pueblos pequeños y tranquilos de pescadores. De hecho vive principalmente de la captura y procesado del pescado y el puerto es uno de sus principales atractivos. Allí pude curiosear entre sus embarcaciones y observar los quehaceres de sus patrones. Si vas por la mañana, hay mucha más actividad y podrás ver el trajín de las barcas de pesca. En invierno, aunque frío, no llega a congelar sus aguas lo que les permite pescar durante todo el año.

Desde allí también salen las lanchas rápidas que te llevan a cazar el Cangrejo Rey, una experiencia que no te puedes perder si vas a Honnigsvåg. El Cangrejo Rey uno de los manjares más exquisitos que nunca he probado. Algo realmente espectacular. Puedes leer el artículo y ver el vídeo completo sobre la experiencia aquí.

La gastronomía de Honnigsvåg es contundente, suficiente para afrontar el duro invierno pero con muchos matices y sabores intensos. En sus restaurantes -como el Brasseri & Bar King Crab House que pude probar nada más llegar a Honnigsvåg– son un buen escaparate de lo que la gastronomía local puede ofrecerte. Las sopas de pescado y platos de carne son para quitar el hipo. Si prefieres probar el cangrejo rey,  también puedes hacerlo, aunque te recomiendo que hagas uno de esos safaris del cangrejo rey y vayas a cazarlo tú mismo.

Las calles de Honnigsvåg son tranquilas y llenas del color de sus casas, aunque te toque un día nublado. En el centro se encuentra la casa cultural del pueblo. Allí se representa una pequeña obra musical llena de muy buen humor y autocrítica (Our Northernmost Life) sobre el hecho de que en Honnigsvåg lo tienen todo más al norte que nadie. Así bromean sobre los sentimientos más al norte del continente, los cabreos más al norte, los antipáticos más al norte… Muy divertido, de verdad. Puedes ver el espectáculo mientras disfrutas de un café o pruebas algún dulce local.

Siguiendo tu paseo por Honnigsvåg, te econtrarás con la iglesia del pueblo. De estilo clásico y sencillo está constuida enteramente de madera, a excepción de las cubiertas. Sobrevivió a la segunda guerra mundial y en ella se refugiaron los habitantes de Honnigsvåg mientras se reconstruía el pueblo. Data de finales del siglo XIX y en ella es habitual que se celebren también -aparte de los propios servicios religiosos- conciertos de música. Junto a ella, el cementerio del pueblo, para los que gustan de estos lugares en los que siempre se descubre algo sobre las costumbres funerarias del lugar.

Para los que echen de menos el frío del invierno, pueden pasar por el Artico Ice Bar, un bar de hielo que llevan unos españoles afincados en Honnigsvåg. El Artico Ice Bar, es sin duda el bar hecho completamente con bloques de hielo más al norte del mundo y tiene que ser construido cada año, ya que sólo abren del 1 de abril al 1 de octubre. Claro, durante el resto del año quién querría meterse en un bar de hielo si fuera están a menos diez grados… Para poder estar dentro tienes que ponerte un poncho protector para no perder el calor corporal. Además está muy bien situado ya que se encuentra justo en el punto del puerto donde desenbarcan los cruceristas que pasan por el pueblo para ir a Cabo Norte. Mejor imposible.

Sin duda, si vas a Honnigsvåg es también para llegar a Cabo Norte. Por la noche es el mejor momento, sin duda. En esta época del año (de abril a julio) el sol se pasea por el horizonte sin llegar a ponerse o a ponerse sólo durante algunos minutos. Estar en el punto más al norte de la Laponia Noruega y el sol de media noche a la vez es un buen remate para un día lleno de buenas experiencias.

Ya de vuelta a Honnigsvåg,  seguro que no tienes ganas de meterte en la cama a dormir. Es normal. El sol de media noche es lo que tiene. No dejes de darte un paseo por las calles y el puerto de Honnigsvåg para disfrutar -un rato más- del sol de media noche. Los colores de sus casas resaltan como las pinturas en un cuadro de Monet. El mar está tranquilo y lo refleja todo con fuerza. La luz horizontal de un sol que no acaba nunca de ponerse es un espectáculo al que bien vale la pena robarle unas horas de sueño. Disfruta de tu insomnio… más al norte.