Bajo este nombre se esconde un curioso concepto de restaurante de comida rápida japonesa. Tenía pendiente probarlo y el otro día por fin lo hice. Tengo que decir que el resultado de la experiencia es tan interesante como desconcertante.
El restaurante basa su oferta culinaria en platos típicamente japoneses, la mayoría basados en fideos o noodles (fideos gruesos) que preparados de diferentes formas te permiten degustar sabores y formas a los que no estás acostumbrados. Y la verdad es que los platos están ricos y los precios no son demasiado altos, pero no creo que a los expertos de la cocina japonesa les entusiasme. Los cocineros orientales todos, aunque no pondría la mano en el fuego sobre si eran de origen nipón…
Te llamará la atención el expositor con las reproducciones de los platos principales. Están hechos de gelatinas y parafinas, y parecen de verdad. Bueno hasta que te sirven el de verdad, que no tiene tan buena pinta ni está tan bien puesto como el del expositor.
Lo desconcertante del tema es el concepto importado de japón (quiero pensar que es eso) de comer como en un restaurante pero sin mesa, en una barra y en apenas 50 cm de espacio. La barra no te permite colgar la bolsa o la chaqueta por lo que tienes que comer con ello en las piernas. Eso o arriesgarte a que al terminar de comer haya desaparecido de tus pies. Además, la barra queda debajo de unos sofocantes focos de luz que nos estaban haciendo sudar como pollos.
Si tienes la suerte de no tener nadie a los lados, pues vale, pero ese no fue mi caso. A mi izquierda una chica con un pulso terrible que me hacía sufrir cada vez que cogía algo de su plato. A mi derecha, un chico que no se apañaba ni con los palillos, ni con la cuchara. Nos estábamos invadiendo mútuamente nuestros espacios vitales de una forma evidente. No poder retirar tu mirada del muro que te queda en frente por no mirar a tu compañero, llega a ser muy incómodo.
Todo se complica mientras me como mis noodles (haciendo lo que puedo con los palillos) y con la comodidad de mantener la bolsa encima de mis piernas y los focos achicharrándome. Al chico de mi derecha se le escurre un megafideo y me salpica el brazo. Viendo su habilidad se previene y se pone la servilleta de papel como babero..
Luego la chica de la izquierda me da un codazo (sin querer) al intentar pescar una gamba escurridiza de su sopa con tempura. Luego al de la derecha se le escurre la cuchara y vuelve a salpicarlo todo… Mientras todos, y dando signos evidentes de sofoco, nos secamos la frente con la servilleta conscientes del bochorno tan inecesario que estamos pasando. Es una escena cómica y en parte, lamentable. Como dice una compañera del trabajo, te sientes como las gallinas apiñadas en el comedero.
Es muy cool comer con palillos la sopa, y perseguir la tempura por la mesa o sorber el plato de sopa y fideos al estilo oriental, pero ¿hace falta? ¿No lo podríamos hacer en una mesa? Una cosa es querer comer rápido. Otra es intentar hacer lo que no sabemos y para colmo en un espacio tan reducido.
En definitiva, que la comida es ràpida, con un precio asequible (si por el precio de un menú completo quieres comerte sólo un plato de fideos). Un fastfood para comer en poco tiempo, si no tienes problemas de espalda y estás dispuesto a renunciar a la dignidad que se merece la comida.
Más info | www.udon.es
[OA-Barcelona]
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